No es que esté en peligro, pero sí ha bajado mucho su producción. Hace unos meses los empresarios cerveceros dieron la voz de alarma: la sequía y las altas temperaturas estaban afectando a la producción de lúpulo, uno de los ingredientes necesarios para la elaboración de esta popular bebida. Y ahora los datos les dan la razón. La producción de lúpulo ha bajado este año en Europa un 30% con respecto a la de 2021.
Una alarma que no es nueva, ya en 2018 un estudio alertó de cómo el cambio climático estaba detrás del daño en las tres materias primas necesarias para producir cerveza: agua, cebada malteada y lúpulo. Pero en cuanto al lúpulo los datos empiezan a ser preocupantes.
Este es un ingrediente clave en la elaboración de cerveza, para otorgarle sabor. Y su producción está estrechamente ligada a unas condiciones climáticas determinadas, con agua abundante, horas largas de luz en verano y temperaturas moderadas. Pero las malas condiciones climáticas que se están viviendo estos últimos años está llevando a reducciones en la productividad por hectárea de hasta un 30% y hasta un 60% en su calidad.
Por eso, el anuncio de que ya está a la venta una edición limitada de una cerveza nacida de un lúpulo cultivado con menos agua de lo habitual, energía renovable y criado en una naves (de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes) de un modo hidropónico, ha despertado mucho interés. Y más cuando se sabe que todo nace de un sueño.
En 2019, tras conocerse en un evento, un grupo de cuatro amigos decidió unir sus proyectos. Ines Sagrario y Ana Sáez (primas) querían desarrollar huertos verticales, y Antonio Rojas y Javier Ramiro (amigos de facultad) cultivar "microgreens en interior". Y de la suma de ambas ideas nació Ekonoke. Una empresa que los cuatro colegas decidieron desarrollar alrededor de una cerveza.
Tras analizar el mercado se dieron cuenta que el futuro estaba en una bebida de la que se produce al año unos 1.860 millones de hectolitro y que es un producto que además estaba en "peligro" por el cambio climático. Por eso, con la ayuda financiera de Hijos de Rivera, fabricante de la popular marca Estrella Galicia, han desarrollado un método de cultivo del lúpulo indoor "para solucionar algunos de los problemas que conlleva su producción", explica Inés Sagrario, directora ejecutiva y cofundadora de Ekonoke.
Pregunta: ¿Qué problemas son esos?
Respuesta: El cultivo en exterior del lúpulo es complicado, sobre todo por la sequía. Para cultivarlo de manera tradicional en tierra se necesita mucha agua.
P. Vosotros defendéis que usáis un 95% menos de agua que el cultivo tradicional
R. Lo que hacemos es que en vez de cultivarlo en tierra lo cultivamos en un sustrato inerte, hidropónico, que requiere menos agua. Además el riego es recirculante, y por tanto podemos estar usado el mismo agua con los mismos nutrientes todo el rato. La planta absorbe lo que necesita y lo que no, en vez de bajar a los acuíferos, vuelve al mismo depósito.
P. Y de este modo se ahorran recursos hídricos
R. Si, se reduce casi en 20 veces el consumo de agua, además en exterior al fertilizar esa agua sobrante vuelve al acuífero, y de algún modo lo contamina.
P. ¿Qué quiere decir?
R. En exterior con el aumento de temperaturas están apareciendo muchas enfermedades y plagas que ante no había. Las variedades de lúpulo actual no están habituadas a combatirlas y hay que echar fungicidas para que aguanten esas condiciones. Aunque hay empresas que están buscando soluciones, investigando nuevos híbridos capaces de aguantar estas circunstancias adversas, todavía es necesario emplear pesticidas para acabar con las plagas. El agua que la planta no emplea vuelve al acuífero con esos pesticidas. Nuestra ventaja es que nosotros al estar en interior no tenemos plagas y no necesitamos echar esos productos.
P. ¿Qué diferencia hay entre su modo de cultivo y el de un invernadero?
R. Nuestro lúpulo no crece en invernaderos. Están en una nave industrial donde controlamos todos los parámetros, el invernadero se ha probado pero no se consigue que sea económicamente viable. La gran diferencia es que nosotros al controlar todos los parámetros conseguimos acelerar el ciclo de cultivo de la planta.
P. Eso implica que hay más cosechas
R. Sí, estamos consiguiendo tres cosechas y media al año y nuestro objetivo es llegar a cuatro.
P. Un aumento de producción que han conseguido controlando el agua y la luz necesaria para su crecimiento.
R. Usamos unas luces led específicas para la producción. Empleamos además una fórmula lumínica específica para lograr los resultados adecuados.
P. Unos resultados que, como habéis comentado en alguna ocasión, está "salvando a la cerveza".
R. Es algo que decimos en plan de broma: ¡Vamos a salvar la cerveza!, decimos. Pero como todas las cosas complejas no vale una sola solución, todo suma. Es importante que la forma de cultivar tradicional se siga investigando para poder desarrollar lúpulo en el exterior. En el lúpulo hay 300 variedades diferentes. Son muchas y se han ido hibridando para encontrar variedades que aguante mejor el cambio climático. Nosotros somos una empresa pequeña y de momento hemos decidido centrar todos nuestros recursos en el desarrollo de variedades aromáticas que tienen más riesgo climático, pero a medio plazo si nos gustaría poder explorar otros usos del lúpulos.
P. ¿Qué tipo de usos?
R. Esta es una planta con muchas propiedades, que de hecho se empezó echar a la cerveza como antibacteriano. Actualmente hay ensayos de su uso para combatir el alzhéimer, tuberculosis, enfermedad de crohn...
Lo cierto es que desde que estos cuatro amigos crearon Ekonoke hace cinco años han crecido mucho. En sueños, personal y proyectos. Ahora son un equipo de once personas con agrónomos, químicos y biotecnólogos buscando mejoras en las variedades con la que trabajan.
En sus plantas de investigación combinan "automatización, visión por ordenador a través del Deep learning y machine learning para garantizar una producción fiable y replicable en cualquier lugar del mundo". Y de este modo, el lúpulo que cultivan (en sus plantas de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes) ha sido empleado por el grupo cervecero con el que se han asociado para producir la primera cerveza elaborada exclusivamente con lúpulo indoor. Lanzada bajo el proyecto Respect! de La Tita Rivera se puede probar ya en los locales de la misma marca en Coruña, Madrid y Vigo.
En los próximos meses, Ekonoke construirá una planta piloto de 1000m2 en Chantada (Lugo), antes de escalar a nivel comercial con unas instalaciones de 10.000m2 a comienzos de 2024 en la misma región. Además están colaborando con el proyecto internacional de la aceleradora 100+ promovida por AB InBev, la mayor fabricante de cervezas del mundo. Y a partir de ahí planean "una expansión internacional con el objetivo de suministrar un lúpulo sostenible" a todas las cerveceras a nivel global.
Todo un reto con el que confían salvar al lúpulo de los efectos devastadores del cambio climático en la cerveza.