España es un país muy cervecero –es la bebida alcohólica más consumida según el Ministerio de Sanidad– y eso provoca que aparezcan debates acerca de cuáles son las mejores cervezas o por qué saben diferente en lata y en botella.
Es entonces cuando aparecen opiniones de toda índole, desde quienes consideran que beber cerveza en lata es una aberración, hasta los que no cambian ese formato por nada del mundo. Pero ¿realmente varía el sabor de un material a otro?
La mayor parte de los detractores de las latas consideran que la cerveza sabe a metal, mientras que si la beben en botella, no notan ninguna diferencia. Esta sensación es más psicológica que real, puesto que el interior de las latas está recubierto con un material que evita el contacto directo con el aluminio. De hecho, es la boca la que toca el metal cuando se bebe directamente desde el envase.
Es más, de acuerdo con un estudio denominado Bottled vs. Canned Beer: Do They Really Taste Different?, los bebedores de cerveza apenas diferenciaron el sabor en lata o en botella cuando realizaron una cata a ciegas utilizando vasos o jarras.
Sea como fuere, los fabricantes de cerveza consideran que la bebida se debe consumir una vez que se ha vertido en un recipiente, ya que de ese modo respirará y se apreciarán mucho mejor sus propiedades. Esto no solo se notará en el sabor, sino en el aroma, ya que ni desde la botella, ni desde la lata es posible apreciar el olor.
Aclarado el tema del sabor, es el momento de entrar en otros aspectos que diferencian a ambos formatos y que pueden afectar a la calidad. La cerveza tiene dos enemigos: la luz y el aire. Respecto al primero de ellos, no cabe duda de que las latas conservan mejor el contenido. De hecho, esa es la razón por la que la mayoría de las cervezas en botella están almacenadas en vidrio marrón y verde, ya que son los que mejor detienen la luz. Concretamente, son las botellas ámbar (marrones) las que evitan hasta el 90 %.
En cuanto al segundo enemigo de la cerveza, la situación cambia y son las botellas las que mantienen una menor superficie en contacto con el pequeño espacio de aire que queda en ambos recipientes.
Un aspecto curioso es que los fabricantes suelen añadir más gas carbónico a las botellas o botellines porque están pensados para servirse en vaso o jarra, mientras que las latas suelen beberse en cualquier circunstancia en la que no es posible contar con estos recipientes (excursiones, espectáculos, días de playa…). Además, las latas tienden a calentarse y enfriarse con mayor rapidez, de manera que quienes desean una cerveza muy fría en el menor tiempo posible, lo más probable es que opten por la lata.
En definitiva, el sabor de la cerveza apenas varía de la botella a la lata, aunque es con la primera con la que trabajan la mayoría de los cerveceros artesanales.
La cerveza es una de las bebidas más populares del mundo, pero ¿sabes cuál es la mejor forma de consumirla? Algunas personas prefieren la cerveza en lata, mientras que otras optan por la botella. Ambas opciones tienen sus pros y sus contras, y dependen de factores como el sabor, la frescura, el precio y el impacto ambiental.
La cerveza en lata tiene la ventaja de que conserva mejor el sabor y la calidad de la cerveza, ya que evita que entre la luz y el oxígeno, que pueden alterar las propiedades de la bebida. Además, las latas son más ligeras y fáciles de transportar y reciclar que las botellas. Sin embargo, algunas personas creen que la lata le da un sabor metálico a la cerveza, o que afecta a su aroma y espuma.
La cerveza en botella tiene la ventaja de que ofrece una experiencia más tradicional y auténtica de beber cerveza, ya que se puede apreciar mejor el color y la espuma de la bebida. Además, algunas personas prefieren el tacto y el sonido de la botella al abrirse y al servirse. Sin embargo, las botellas son más pesadas y frágiles que las latas, y pueden romperse o dejar vidrios en el suelo. También hay que tener cuidado con la exposición a la luz y al aire, que pueden afectar al sabor y a la frescura de la cerveza. Por último, las botellas suelen ser más caras y menos ecológicas que las latas.
En conclusión, no hay una respuesta definitiva sobre si es mejor la cerveza en lata o en botella. Depende de las preferencias personales de cada uno, y de las condiciones en las que se consuma la cerveza. Lo importante es disfrutar de esta deliciosa bebida con moderación y responsabilidad.