La alcaldesa de Barcelona ha pedido a la Generalitat y al puerto la limitación de la llegada de cruceros a la ciudad. Nada se ha hecho salvo incrementar las tasas turísticas por las que la capital catalana recaudará seis veces más por este concepto que en 2019. Para hacerse una idea, solo este fin de semana hacen parada 13 barcos y durante el mes de abril pasarán por Barcelona casi 90.
La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, ha apostado por encontrar "alternativas tecnológicas" para reducir la contaminación de los cruceros en Barcelona antes que limitar su actividad.
La teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad de Barcelona, Janet Sanz, ha acusado a la Generalitat de echar "balones fuera" con la limitación de la presencia de cruceros en Barcelona y ha reiterado la petición de crear un espacio de debate para estudiar medidas que desincentiven la llegada de cruceristas a la capital catalana.
Lo ha dicho en declaraciones a los periodistas en respuesta a una carta de la consellera de presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrà, en la que destaca la creación del Consejo para la Sostenibilidad de los Cruceros para "mejorar el desarrollo sostenible de la actividad crucerista" en el Puerto de Barcelona.
Se trata de un espacio impulsado por la Autoridad Portuaria de Barcelona, una medida que Sanz ve insuficiente porque considera que, además, el Ayuntamiento, la Generalitat, el Gobierno y el Puerto tienen que abordar medidas conjuntas que limiten la presencia de cruceros en la capital catalana: "Esto no nos sirve, ni de lejos".
En la carta, la consellera de Presidencia asegura que, por parte del Puerto, "se han previsto y se están llevando a cabo actuaciones importantes de mejoras tecnológicas para incrementar la sostenibilidad" de los cruceros que llegan a Barcelona.
Sanz cree que es un espacio técnico más, pero ha advertido que en mayo llegarán 400.000 cruceristas, con picos de hasta 25.000 personas en días concretos que generarán un "problema de convivencia" en zonas de la ciudad como la Rambla, el Parc Güell y la Sagrada Familia, entre otros.