La historia de Beatriz Flamini sobreviviendo 500 días aislada en una cueva bajo tierra nos recuerda situaciones parecidas en grutas en las que no todo salió igual de bien. En nuestra memoria no está lejos la aventura del rescate de 12 jóvenes futbolistas y su entrenador en la cueva Tham Luang de Tailandia. O el de los 33 mineros chilenos atrapados y rescatados con vida en el pozo San José de Chile. Pero no siempre todo salió bien como fue el caso de la cueva de Plurdalen , en Noruega o la tragedia de Cave Creek, en Nueva Zelanda.
Si bien es cierto que la hazaña de Beatriz Flamini ha sido el resultado de una planificación científica. Lo cierto es que la imprevisibilidad del medio natural convierte cualquier experiencia humana en una cuestión de azar de la que no siempre se sale bien, como ha sido el caso de esta deportista que ha marcado un récord mundial.
El rescate de Tailandia ha sido una historia emocionante que ha sido llevada a la gran pantalla. En junio de 2018, doce niños de entre 11 y 16 años y su entrenador de fútbol quedaron atrapados en la cueva de Tham Luang, en Tailandia, debido a las fuertes lluvias que inundaron la cueva. Los socorristas y equipos de rescate de todo el mundo se unieron para rescatarlos.
El rescate fue una operación extremadamente peligrosa y complicada que duró más de dos semanas. El equipo de rescate tuvo que atravesar pasadizos inundados y estrechos para llegar a los niños, que se encontraban a más de 4 kilómetros de la entrada de la cueva.
Finalmente, los niños y su entrenador fueron rescatados con éxito gracias al valiente trabajo de los equipos de rescate y la colaboración de expertos internacionales en espeleología, buceo y medicina. Todos los niños y su entrenador sobrevivieron y se recuperaron bien de su experiencia.
El rescate de Tham Luang fue una hazaña impresionante de ingeniería y valentía, y un ejemplo destacado de cómo la colaboración internacional y la dedicación pueden superar incluso las situaciones más difíciles.
En agosto de 2010, un derrumbe en la mina de San José en Chile dejó atrapados a 33 mineros a más de 700 metros bajo tierra. Durante los primeros 17 días, no se supo si los mineros estaban vivos o muertos. Sin embargo, se descubrió que los mineros estaban vivos y a salvo en un refugio. Tras esto, comenzó una operación de rescate que se convirtió en una de las más largas y complejas de la historia.
La operación de rescate duró 69 días y requirió la colaboración de expertos de todo el mundo. Se construyó un ducto para proporcionar suministros y un cable para comunicarse con los mineros. Finalmente, se utilizó una cápsula especial para sacar a los mineros uno por uno a la superficie.
El rescate fue un éxito y todos los mineros fueron rescatados sanos y salvos. Este evento fue un ejemplo de la capacidad humana para trabajar juntos y superar grandes desafíos.
En febrero de 2021, dos submarinistas fallecieron en la cueva de Plurdalen, Noruega. Los buceadores, de nacionalidad francesa y suiza, habían estado explorando la cueva subacuática cuando perdieron la vida en circunstancias aún desconocidas.
Los equipos de rescate llegaron rápidamente al lugar, pero debido a la complejidad del rescate en una cueva tan profunda, no pudieron salvar a los submarinistas. Los cuerpos de los buceadores fueron recuperados por el equipo de rescate después de varias horas de esfuerzos.
La cueva de Plurdalen es conocida por ser una de las cuevas subacuáticas más profundas de Europa, y atrae a buceadores experimentados de todo el mundo. Sin embargo, también es conocida por ser peligrosa y cuenta con un historial de accidentes mortales.
La tragedia de Cave Creek es otra de esas historias de muerte y supervivencia que pone los pelos de punta. El 28 de abril de 1995, un grupo de 17 estudiantes se asomaron al mirador de un espacio conocido como Cave Creek en el Parque Nacional Paparoa, en Nueva Zelanda.
La plataforma acaba de ser construida pero adolecía de fallos estructurales que no fueron detectados previamente. También jugó como azar del destino el que los adolescentes, de forma irresponsable, empezaron a saltar sobre la estructura provocando su hundimiento. Como consecuencia de esta debilidad, los 17 jóvenes se precipitaron al vacío. Solo tres de ellos lograron sobrevivir, alguno con importantes heridas.
Como en toda tragedia, siempre es posible encontrar un rayo de esperanza. Uno de los supervivientes se sujetó del pasamanos y vio como sus compañeros cayeron al fondo de la sima.
Por extrañas razones, las personas nos sentimos atraídos por las cuevas. Igual pervive en nuestra memoria los tiempos en los que comenzamos a desarrollarnos como especie inteligente. Por eso no es de extrañar la historia de Floyd Collins, uno de los grandes exploradores de este tipo de espacios.
De hecho, él fue el que descubrió la Cueva de Cristal en 1917, una más en un sistema de cientos de kilómetros de cavernas interconectadas dentro del Parque Nacional Mammoth Cave, en Kentucky. De hecho es considerado como el sistema de cuevas más largo del mundo.
El 30 de enero de 1925, mientras trabajaba para ampliar el pequeño pasaje en Sand Cave, Collins quedó atrapado en un estrecho camino a 17 metros de profundidad. La operación de rescate para salvar a Collins se convirtió en un foco informativos para la prensa nacional.
Después de cuatro días, durante los cuales los rescatistas pudieron llevar agua y comida a Collins, un derrumbe de roca en la cueva cerró el pasillo de entrada, dejándolo atrapado , aunque comunicado, durante más de dos semanas.
Collins murió de sed y hambre y afectado por una severa hipotermia después de estar aislado durante 14 días. Lo peor de su historia es que falleció solo tres días antes de que un equipo de rescate llegara a su posición. El cuerpo de Collins se recuperaría dos meses después.