Kisspeptina, la hormona detrás de la falta de deseo sexual que afecta al 8% de los hombres
Un equipo de científicos del Imperial College de Londres ha demostrado que la poca presencia de kisspeptina en el organismo provoca falta de deseo sexual
La kisspeptina en hombres aumenta la rigidez del pene hasta en un 56% en comparación con el placebo
Los análisis psicométricos revelaron que las mujeres se sentían "más sexys" con kisspeptina que con placebo
Se conoce como trastorno del deseo sexual hipoactivo o TDSH y se calcula que afecta al menos al 10 % de las mujeres y al menos al 8 % de los hombres. Una falta de deseo sexual que lleva años estudiándose y que, según un reciente estudio, se debe a un desequilibrio químico provocado por la hormona kisspeptina, o más bien a su falta.
De acuerdo con un equipo de médicos y científicos del Imperial College de Londres y del Imperial College Healthcare NHS Trust, en Reino Unido, si se administra kisspeptina aumenta el deseo.
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Conocida como "la maestra reguladora de la reproducción", la kisspeptina es una hormona natural que estimula la liberación de otras hormonas reproductivas en el organismo y desempeñan un importante papel en la maduración sexual. Se secreta principalmente en el hipotálamo pero también en la placenta, sus receptores se encuentran repartidos por todo el cuerpo.
Aunque ya se había demostrado que en hombres (con deseo sexual intacto) puede potenciar las respuestas a los estímulos sexuales e impulsar las vías cerebrales de la atracción, su empleo para estimular los efectos en mujeres y hombres con bajo deseo sexual es una novedad.
Bajo deseo sexual, problemas psicológicos y físicos
A través de dos ensayos clínicos, en los que participaron 32 mujeres premenopáusicas y 32 hombres con TDSH los investigadores comprobaron que administración esta hormona puede potenciar su respuesta sexual.
En ambos estudios, los pacientes se sometieron antes a una exploración del cerebro mediante resonancia magnética, así como a análisis de sangre y de comportamiento para descartar otras patologías.
"Aunque es relativamente frecuente, las opciones de tratamiento en las mujeres son limitadas, conlleva importantes efectos secundarios y, en algunos casos, puede ser perjudicial incluso intentarlo.Además de que por desgracia, estos tratamientos tienen una eficacia limitada", , explica el doctor Alexander Comninos, del Departamento de Metabolismo, Digestión y Reproducción del Imperial College de Londres, Endocrinólogo Consultor del Imperial College Healthcare NHS Trust y coautor principal del estudio.
En hombres es aún peor, porque los investigadores añaden otro problema, que no reconozcan padecer falta de deseo sexual, de hecho consideran que la cifra inicialmente estimada de un 8% podría quedarse corta. "El bajo deseo sexual puede ser angustioso y, por tanto, dar lugar a TDSH. Esto puede tener un gran impacto perjudicial en las relaciones, la salud mental y la fertilidad", explica el doctor Comninos.
Un problema que se acrecienta porque hasta ahora no hay tratamiento confirmado. "En los hombres no hay actualmente ningún tratamiento autorizado y ninguno en el horizonte. Por lo que existe una verdadera necesidad insatisfecha de encontrar terapias nuevas, más seguras y eficaces para esta angustiosa afección, tanto para las mujeres como para los hombres que buscan tratamiento", añade Comninos quien asegura que piensan seguir investigando: "Ahora nos proponemos avanzar para hacer realidad su potencial terapéutico en los trastornos psicosexuales, es decir, los problemas sexuales de origen psicológico, como la falta inexplicable de libido", comenta.
Respuesta sexual alentadora
En cualquier caso los investigadores están satisfechos y consideran que el tratamiento con kisspeptina ofrece resultados alentadores: "Como grupo, los hombres tuvieron una respuesta sexual un 56 % mayor a las imágenes sexuales después de la kisspeptina que del placebo", explica el profesor Waljit Dhillo, otro de los investigadores principales del NIHR, también del Departamento de Metabolismo, Digestión y Reproducción del Imperial College de Londres.
Además la administración de inyecciones de kisspeptina fue bien tolerada tanto por mujeres como por hombres, sin que se registrara efectos secundarios, lo que es importante desde el punto de vista del desarrollo de fármacos.
Los investigadores apuntan a que se puede administrar de manera fácil y segura a través de varias vías, incluso por vía subcutánea e intranasal.
El estudio descubrió que se mejora la actividad cerebral sexual
El estudio en mujeres consistió en un ensayo aleatorizado, doble ciego, cruzado en dos direcciones y controlado con placebo en el Invicro and Hammersmith Hospital (parte del Imperial College Healthcare NHS Trust), entre octubre de 2020 y abril de 2021, en el que participaron un total de 32 mujeres heterosexuales premenopáusicas con TDSH (de 19 a 48 años de edad). Completaron dos visitas del estudio, una para la administración de kisspeptina y otra visita para el placebo. Las participantes completaron cuestionarios psicométricos antes y hacia el final de la administración de kisspeptina o placebo para evaluar su estado de ánimo y su comportamiento. El análisis de los datos corrió a cargo de investigadores del Imperial College de Londres.
Durante la administración de kisspeptina o placebo, las voluntarios se sometieron a una resonancia magnética funcional mientras veían vídeos eróticos y rostros masculinos para comprobar cómo se veía afectada la actividad cerebral. Como control se utilizaron vídeos de ejercicios no eróticos.
El equipo descubrió que la kisspeptina mejoraba la actividad cerebral sexual y de atracción en zonas cerebrales clave de las mujeres. También descubrieron que las mujeres más angustiadas por su función sexual mostraban una mayor actividad cerebral potenciada por la kisspeptina en el hipocampo (una estructura clave implicada en el deseo sexual femenino).
Además, cuanto más activaba la kisspeptina el córtex cingulado posterior, un área cerebral clave para el comportamiento, en respuesta a rostros masculinos atractivos, menos aversión sexual manifestaban las participantes.
Los análisis psicométricos revelaron que las mujeres se sentían "más sexys" con kisspeptina que con placebo.
En el segundo estudio, también aleatorizado, doble ciego y cruzado, 32 hombres heterosexuales con TDSH (de entre 21 y 52 años) se sometieron a un ensayo similar con la adición de la medición de la rigidez del pene, entre enero y septiembre de 2021. Tras administrarles kisspeptina se demostró que potenciaba significativamente la actividad cerebral en estructuras clave de la red cerebral sexual, al tiempo que aumentaba la rigidez del pene hasta en un 56% en comparación con el placebo, mientras se visualizaba un vídeo erótico.
De forma similar a lo ocurrido con las mujeres, la kisspeptina también tuvo mayores efectos en regiones cerebrales clave en hombres más angustiados por su bajo deseo sexual. Además, los análisis psicométricos revelaron que tras administrarla se mejoraba la "felicidad sobre el sexo" declarada por los hombres.
El doctor Comninos y el profesor Dhillo se proponen ahora realizar investigaciones a mayor escala, estudios en poblaciones diferentes y colaboraciones para desarrollar la kisspeptina como un tratamiento realista tanto para mujeres como para hombres con trastornos psicosexuales angustiosos.