Nunca habíamos sufrido en España un mes de marzo tan seco en los últimos veinte años y tras un trimestre con la mitad de las lluvias se mira, muy preocupados, a las reservas de agua.
Para colmo, en ese mes de abril, no se vislumbran cambios. Los embalses se encuentran un 15% por debajo de la media de la última década y hay ríos donde apenas corre el agua. Además, muchos cultivos se están echando a perder en medio de un secarral creciente.
Un agricultor enseña cómo se encuentra el trigo en una plantación de Sevilla, debería estar alto y verde, pero hace cuatro meses que no llueve
En Cataluña hablan de pérdidas nunca vistas en cosechas de secano, por eso en algunas zonas de Lleida están plantando ahora cereales de invierno que requieren menos agua.
En Alicante deberían ya estar plantadas las hortalizas de verano. Cambios que reducirán la producción y podrían traducirse en aumento de precios.
En Navarra sufren el bajo nivel del embalse del Ebro, ya dan por hecho que la cosecha de cereal será mala. Y temen también por los cultivos de regadío.
El campo se lleva casi el 70% del agua disponible en España. La industria, el 18% y el consumo municipal, el de los hogares, un 14%. El consumo por habitante y día es de 133 litros. Hay margen para que intentemos reducirlos.