Roger, el exmilitar que asesinó el pasado sábado al instructor del club de tiro de Canovelles y que huyó a Murcia secuestrando a dos mujeres, que fueron liberadas posteriormente sin lesiones, encañonó también a otro socio de la galería. Este varón resultó ileso momentos después de que el acusado matara a su víctima. Según ha explicado ante los Mossos d'Esquadra, cree que el pistolero apretó el gatillo pero, por razones que desconoce, no disparó ningún proyectil.
Así lo recoge 'El Periódico'. El joven de 20 años acudió al Club de Tiro de Precisión Granollers sobre las 18:30 horas del sábado. Estuvo practicando hasta que la galería cerró alrededor de las 19:30 horas. Roger estaba solo con Jordi, el instructor de la galería, cuando, según recogieron las imágenes de las instalaciones, le atacó a sangre fría. La víctima estaba barriendo el suelo, cuando recibió cinco disparos por la espalda. Sin mediar palabra.
El acusado, tras cometer el crimen, emprendió su huida. No obstante, se cruzó con otro socio de la galería, el citado varón, de unos 50 años, que había vuelto al club de tiro porque se le había olvidado algo. Este hombre vio al instructor moribundo en el suelo mientras Roger salía de las instalaciones. El pistolero, al ver que esta persona había presenciado los hechos, le encañonó y apretó el gatillo, pero la pistola no disparó, según la declaración recogida por la policía catalana.
El hombre que se salvó del ataque de Roger buscó refugio de inmediato y alertó a las autoridades. Roger, mientras, armado con las dos pistolas del club de tiro, huyó rápidamente. Pasó por un bar que frecuentaban otros socios, sin enfrentarse a nadie, y obligó a una conductora a llevarlo hasta Barcelona a punta de pistola. Una vez allí, en la Ciudad Condal, encañonó a otras dos mujeres que circulaban con su vehículo y las forzó a llevarle hasta Murcia, donde finalmente fue detenido por las autoridades.