Este lunes el conductor detenido por el atropello mortal de tres personas en un camping de Suesa, Cantabria, ha acudido a firmar al juzgado de Santoña, algo que debe hacer una vez por semana.
El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Santoña acordó mantener en libertad provisional sin fianza al detenido el pasado 5 de abril.
Las víctimas son una madre de 42 años y un hijo de 19, ambos vecinos de Sestao (Bizkaia), que se encontraban paseando en esa zona con otros miembros de su familia, y otra mujer, vecina de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), que tenía 68 años e igualmente se encontraba en el lugar con familiares. Todos los fallecidos se encontraban alojados en el camping Somo Parque de Suesa.
Sus familiares no comparten la libertad provisional del acusado y exigen que entre en la cárcel: "No es justo", lamentan.
Pese a la petición de la acusación, el juez recuerda que la medida de prisión provisional que pedían la Fiscalía y la acusación particular no tiene como finalidad "cumplir por adelantado la pena que, eventualmente, se imponga al investigado", sino que con ella se trata de "evitar la reiteración delictiva y el riesgo de fuga".
En este caso, el magistrado considera que la prisión provisional "no se considera proporcional" y sí "adecuada" la obligación de comparecer semanalmente, la prohibición de salir del país y la retirada del permiso de conducción.
Y es que "no constan antecedentes penales" del investigado y además "se trata de una persona de edad avanzada, conocida en la localidad, sin excesiva capacidad de escapatoria si se impone una medida de personación semanal en el juzgado, así como la retirada del permiso de conducir, dada la situación de siniestro de su vehículo".
A ello añade que, si se tienen en cuenta las manifestaciones del detenido y la documentación médica aportada, la medida de prisión ahondaría en la "situación mental delicada que se le presume al investigado".
Según se desprende del auto, el hombre circulaba con una tasa de 0,73 mg/l de alcohol en sangre a una "indeterminada velocidad" superior a la reglamentaria, que era de 50 kilómetros por hora.
Al entrar en una curva "habría perdido el control del vehículo, se habría salido de la vía, atropellando a tres personas que deambulaban por el carril peatonal, para posteriormente chocar contra un contenedor, salir rebotado al centro de la vía y, sin poder evitarlo a pesar de dar un volantazo, chocar a otro vehículo, saliendo posteriormente de la vía y estrellándose contra un árbol".