La demencia frontotemporal que padece Bruce Willis es la enfermedad de este tipo más común por debajo de los 60 años, algo que la diferencia del resto patologías neurodegenerativas. Otras diferencias respecto a procesos como el alzhéimer, más habituales en nuestros abuelos es la zona del cerebro en la que se localizan los daños en los tejidos.
La familia de Willis ha compartido a través de las redes sociales el avance de la enfermedad en las que es ya notable el avance de los síntomas propios de esta demencia frontotemporal como son los problemas de lenguaje y los relacionados con el aparato locomotor.
Los expertos en enfermedades neurodegenerativas insisten en la necesidad de no confundir esta patologías con la senilidad ya que eso supone un enfoque negativo del envejecimiento. Esto es especialmente evidente en este caso ya que a diferencia de otros tipos de demencias como es el caso del alzhéimer, los cuerpos de Lewy o la vascular, los enfermos de demencia frontotemporal manifiestan los síntomas a edades más tempranas, a partir de los 40 años.
En términos generales, las demencias se caracterizan por una serie de trastornos cuya base es el deterioro de las neuronas y su capacidad para comunicarse entre ellas. Cada región del cerebro tiene sus funciones particulares y el daño causado se refleja en la pérdida o merma de las mismas. Estas alteraciones que sufre el paciente afectan al grupo familiar de forma notable.
Además, entre las funciones que principalmente se alteran en las demencias están la percepción visual, la memoria, el pensamiento lógico, el lenguaje y la comunicación, la concentración y las capacidades motoras.
El diagnóstico temprano es el que nos permite tener las herramientas necesarias para diferenciar entre la enfermedad de Alzheimer, la demencia vascular, la demencia senil, la frontotemporal y la de cuerpos de Lewy.
Así, mientras que en la demencia frontotemporal encontramos pérdida de neuronas y sinapsis, además de la aparición de proteínas tau, en el alzhéimer es posible localizar una pérdida de neuronas y sinapsis, además de la presencia de proteínas tau (ovillos neurofibrilares) y proteínas amiloide (placas neuríticas).
También diferencia a estas dos enfermedades la localización de los daños ya que mientras que en el alzhéimer aparecen en la cara interna del lóbulo temporal, especialmente en el hipocampo, desde donde se propagan a todo el lóbulo temporal, el parietal y el frontal. En el caso de la demencia frontotemporal y, como su propio nombre indica, las lesiones aparecen en los lóbulos frontales y temporales.
En lo que a los síntomas se refiere las diferencias entre ambas enfermedades también son evidentes. Así mientras que los enfermos con alzhéimer muestran pérdida de memoria y capacidad para asimilar nuevas informaciones, dificultades en el lenguaje, cambios en la personalidad junto a trastornos de la conducta y alucinaciones o ideas delirante además de una pérdida de orientación con respecto al tiempo y al lugar. En los enfermos con demencia frontotemporal, estos síntomas se caracterizan más por la aparición de conductas anormales, apatía o hiperactividad, así como acciones repetitivas. También surge una pérdida de la afectividad hacia los demás, empobrecimiento emocional, así como indiferencia hacia el ambiente. A diferencia del alzhéimer, la memoria no sufre tanto deterioro por lo menos en las primeras fases y comparte con esta cirtos trastornos de la personalidad.