¿Cuánto se tarda en adoptar a un niño en España? ¿Cuáles son los requisitos para poder adoptar a un niño en nuestro país? Estas son algunas de las preguntas que se hacen las personas que quieren convertirse en padres y madres a través de un proceso de adopción que puede durar años.
Adoptar un niño en España es un proceso complicado, que puede durar, de media, unos 9 años. Esto si la adopción es dentro de nuestro país y el niño ha nacido en España. Estos datos pueden variar cuando el origen del niño es otro.
En el caso de niños de los países del Este, este tiempo de espera para adoptar está entre los 8 y los 20 meses; si son de Hispanoarmérica, el plazo es de 8 a 30 meses, mientras que los niños de China o de otros países de Asia, el periodo se mueven entre los 8 y los 15 meses.
A los futuros padres y madres se les recomienda si quieren adoptar deben prever estos tiempos para empezar los trámites antes de los 35-37 años porque la edad es uno de los requisitos que limitan las adopciones.
Algo a tener en cuenta sobre los tiempo de espera es que este se reduce para la adopción de niños con necesidades especiales, mayores de 7 años, grupos de hermanos o menores con alguna discapacidad física o mental.
La adopción en España está regulada en el artículo 175 del Código Civil que establece unas normas obligatorias para los futuros padres y madres. Hay que tener en cuenta que lo más importante es el interés superior del menor, según recogen todas las webs especializadas en el tema.
Además de que las adopciones nacionales en España, están gestionadas por cada Comunidad Autónoma, y las personas que quieren adoptar tendrán que acudir al Servicio de Protección de Menores de su territorio.
Los adoptantes tendrán que tener listos los siguientes documentos: certificado de antecedentes penales, certificado médico, certificado de ingresos económicos y certificado de matrimonio si es el caso.
Para adoptar un menor en España los futuros padres y madres tendrán que seguir un proceso que incluye la información y formación, que de forma obligatoria deberán tener los adoptantes. Tendrán que seguir cursos para confirmar que la decisión de adoptar a un niño es una decisión bien conformada y no un capricho pasajero.