El cofundador del gigante tecnológico estadounidense Intel, Gordon Moore, ha muerto el pasado viernes 24 de marzo a los 94 años de edad en compañía de su familia en su domicilio actual en Hawaii, según ha informado la compañía en un comunicado. Moore fundó Intel junto a su compañero Robert Noyce en julio de 1968 y en 1997 se convirtió en presidente emérito hasta su dimisión en 2007. Su relevancia en el mundo de la ingeniería informática no es poca, pues Moore es el responsable de uno de los principios fundamentales del modelo de negocio de la industria de los microchips a través de la ley que lleva su nombre.

Después de fundar Intel junto a Robert Noyce y de desempeñar su trabajo como vicepresidente ejecutivo, en 1975 Gordon Moore asumió la Presidencia. En 1979 fue nombrado presidente de la junta y directos ejecutivo, cargos que ocupó hasta 1987, cuando renunció al cargo de director ejecutivo y continuó como presidente. En 1997, Moore se convirtió en presidente emérito y renunció en 2006.

Moore y Noyce ya había participado previamente a la creación de Intel en la fundación de Fairchild Semiconductor, donde desempeñaron un papel central en la producción comercial de transistores de silicio difuso y, más tarde, en los primeros circuitos integrados comercialmente viables del mundo.

Tras su salida de Intel el cofundador centró sus esfuerzos en acciones benéficas sobre todo en todo lo relacionado a la conservación del planeta a través de la Fundación Gordon y Betty Moore que ha donado desde el año 2000 unos 5.100 millones de dólares a distintos proyectos de caridad.

"Gordon Moore definió la industria tecnológica con su perspicacia y visión. Contribuyó de forma decisiva a descubrir el poder de los transistores y alentó a los empresarios y expertos en tecnología a lo largo de las décadas", ha declarado el actual CEO de Intel, Pat Gelsinger. "En Intel seguimos inspirándonos en la Ley de Moore y la perseguiremos hasta agotar la tabla periódica. Su visión sigue viva y es nuestra brújula mientras utilizamos el poder de la tecnología para mejorar la vida de todos los habitantes del planeta".

Moore es el responsable de uno de los principios fundamentales del modelo de negocio de la industria de los microchips a través de la ley que lleva su nombre, la Ley de Moore, y que estima que el número de transistores de un circuito se duplica cada dos años y deriva en una relación inversamente proporcional entre el coste de los ordenadores y su capacidad de computación. "El mundo ha perdido a un gigante en Gordon Moore, uno de los padres fundadores de Silicon Valley y un verdadero visionario que ayudó a allanar el camino para la revolución tecnológica", ha manifestado el CEO de Apple, Tim Cook. "Todos los que le seguimos le debemos una deuda de gratitud. Que descanse en paz".