Las llamas del incendio de Castellón siguen avanzando y ha obligado a evacuar más poblaciones. La casa de Ignacio en la García, barrio de San Agustín, en Teruel, ha quedado muy afectada. Está muy indignado: "Sabíamos que esto iba a pasar". Asegura que la administración lleva años sin poner los medios adecuados para prevenir el desastre. "El bosque estaba muy sucio", precisa.
"Haciendo una mala praxis en lo que es la gestión antiincendios en los bosques… Aquí no ha habido nada", comenta Ignacio. El fuego ha reducido a ruinas y ceniza cinco de las siete casas de la localidad, convertida ahora en un bazar al aire libre de objetos, vehículos y mobiliario calcinados.
Ignacio tiene otra vivienda en otro lugar, pero para algún vecino la casa de San Agustín era su primera residencia. Situación muy delicada para la que también el alcalde: "Lo principal es que ayuden a los vecinos que han perdido sus viviendas… Es lo primero que deberían hacer". Reclama soluciones.
En la misma zona, los vecinos de los núcleos de San Agustín y Olba han tenido más suerte, pero buena parte de su entorno queda también desfigurado. Todos esperan que los focos queden controlados y no se extiendan las llamas.