La madrugada del próximo sábado al domingo 26 de marzo hay que adelantar una hora a nuestros relojes. A las dos de la mañana se pasará automáticamente a las tres, dando lugar al primer cambio de hora del 2023 y de nuevo al horario de verano. Muchos expertos piden que se suprima urgentemente el cambio de hora por el impacto negativo que este tiene en nuestra salud. Levantándose nuevamente el debate de que horario es mejor, si el de verano o el de invierno.
Al adelantar la hora, este domingo va a ser más corto de lo habitual, llegando a tener una hora menos de sueño. El horario de verano es de los más favoritos por los españoles puesto que se caracteriza por una mayor cantidad de horas de luz en comparación a los meses anteriores. Estas horas de luz se notan principalmente por las tardes ya que se atrasa una hora el atardecer. Sin embargo, esta transición implica que el sol saldrá también una hora después.
La salida y entrada del sol variará con el paso de los días. Con la llegada de la primavera el pasado 20 de marzo, no solo las temperaturas aumentan, sino que los días también crecen progresivamente. De media, a partir de ahora, las jornadas aumentarán tres minutos de luz cada 24 horas. Amanecerá un minuto y medio antes y anochecerá un minuto y medio más tarde que el día anterior.
El cambio de hora no solo afecta a nuestros relojes, sino que también a nuestro reloj interno. Al adelantar una hora el tiempo las personas suelen tener efectos similares al del conocido como jet lag que ocurre cuando realizamos un largo viaje.
Muchas personas comienzan a manifestar durante la última semana de marzo irritabilidad, falta de concentración y disminución del rendimiento físico e intelectual. Así mismo, con el cambio de hora también se suelen ver alterados los horarios de sueño. Al modificarse esto aparecen síntomas tales como el insomnio y el cansancio durante el día, y de comida, haciendo que el cuerpo sea propenso a tener hambre entre horas.
Según informa la Sociedad Española del Sueño (SES), la transición del horario de invierno al de verano es más dañina para el organismo. Según los expertos, durante los meses más fríos se tienen más horas de sueño, lo que favorece a un despertar más natural.