Ramón Bataller, hepatólogo: "Tres cervezas al día pueden causar problemas relacionados con el alcohol"

  • El consumo de alcohol debe ser ocasional y moderado, y su consumo diario, así como el patrón de bebida tipo “atracón”, puede tener efectos perjudiciales no solo para el hígado sino para otros órganos

  • "Detrás de cada menor que bebe alcohol hay un adulto que lo hace posible", dice el experto

  • El aumento del consumo de alcohol en menores de edad implica más posibilidades de generar adicción y acabar en cirrosis

"No hay consumo seguro de alcohol. O dicho de otra forma, el único consumo de alcohol totalmente seguro es cero", así de claro habla Ramón Bataller, Jefe de Hepatología del Hospital Clínic de Barcelona y uno de los mayores especialistas en esta área que ha trabajado más de 12 años en la Universidad de Pittsburg, tras la constatación del aumento del consumo de alcohol en menores.

Bataller es uno de los 800 expertos que se han reunido estos día en Madrid para acudir 48 Congreso de la Asociación Española del Estudio del Hígado (AEEH) para abordar los principales retos en relación con las patologías del hígado.

A veces solo le salen las palabras en ingles, y habla todavía con acento americano. Pero su reciente llegada a España, explica a NIUS, es, entre otras cosas, para poder cambiar la percepción del modelo de consumo de alcohol en jóvenes, contar los riesgos de beber tres cervezas diarias y las consecuencias que pueden tener en el futuro esos menores. La población está muy lejos de asimilar este riesgo al ser un fenómeno cultural muy aceptado. Sin necesidad de que EE.UU sea un ejemplo de muchas cosas, en el control del consumo de alcohol en menores, lo es, cuenta. "A mi, a mis 57 años, todavía me seguían pidiendo el carnet en el supermercado de mi barrio en Pittsburg. En los meses que llevo en España, jamás me lo han pedido, y mucho menos a los menores que están en el supermercado comprando cervezas. Existe una ley, ahora hay que cumplirla".

Pregunta. ¿Tan grave es?

Respuesta. Es grave. Según datos del Ministerio de Sanidad, el 93% de los españoles ha consumido alcohol alguna vez en su vida, el 77,2% durante el último año, el 63 % durante el último mes y más del 8,8% lo consume a diario. Según datos recientes de la Comunidad de Madrid, el 50% de los niños entre 14 y 18 años habían consumido alcohol en los últimos treinta días. Considerando que está prohibido que los menores consuman alcohol, estos datos son alarmantes. Cuanto antes se empieza a beber, más posibilidades hay de generar adicción y acabar en cirrosis. Y lo peor es que la mitad de los adolescentes españoles no creen que consumir 4 o 5 copas durante los fines de semana puede ocasionar problemas de salud.

P. ¿Y qué hacemos?

R. Por cada niño que bebe alcohol hay un adulto que lo ha hecho posible, ya sea porque se lo vende, porque le da dinero para comprarlo o porque se lo da. Por eso, es clave incidir en políticas de salud pública para prevenir las enfermedades hepáticas, y cambiar la percepción social sobre los riesgos de beber dos o tres bebidas alcohólicas al día. Hay que cumplir la ley, no puede ser que en España sea tan impune vender alcohol a un menor, no todo es un cartel en las tiendas. Este debe ser el mensaje sin fisuras. Estamos nutriendo a los alcohólicos y hepatópatas del futuro. El Gobierno se lo debe tomar más en serio. Si esto no mejora, hay datos que sugieren que los que hacen "atracón" o "binge drinking", consumo intenso de alcohol que se realiza en un escaso lapso de tiempo, localizado fundamentalmente en el fin de semana, tienen mucho números de ser alcohólicos de mayores y tener cirrosis en el futuro. Lo primero prevención y que la ley se cumpla. Esto es lo que me gustaría influir en mi país. Es el choque mas grande que tuve al volver.

P. ¿Cuánto puedo beber sin perjudicar mi salud?

R. No hay consumo seguro de alcohol. O dicho de otra forma, el único consumo de alcohol totalmente seguro es cero. Por lo tanto, nos equivocaríamos al afirmar que una cantidad determinada es segura para todas las personas, sin embargo, no nos equivocaremos al decir que si uno toma tres cervezas o dos bebidas más fuertes al día está en riesgo de desarrollar problemas de salud relacionados con el alcohol. El consumo de alcohol debe ser ocasional y moderado, y su consumo diario, así como el patrón de bebida tipo “atracón”, puede tener efectos perjudiciales no solo para el hígado sino para otros órganos. Beber de manera ocasional no tiene que ser malo, eso sí, si no se tiene una enfermedad previa. Beber una copa al día no es tan fácil como parece. Nunca es una sola copa de vino. Hay datos contradictorios y no hay que ser extremo, una copa al día puede que no sea muy perjudicial, pero se necesitan más estudios.

 P. ¿El consumo de alcohol es la primera causa de cirrosis?

R. Sí. El elevado consumo de alcohol es la primera causa de desarrollo de cirrosis y de necesidad de trasplante hepático. Además, hay que incidir en la especial vulnerabilidad de la mujer a los efectos del alcohol, pues tienen mayor propensión al desarrollo de cirrosis y hepatitis, mayor estigma y menos acceso al trasplante hepático. 

P. ¿Cuáles son las consecuencias del consumo elevado de alcohol?

R. Violencia, accidentes, abusos y enfermedades. El consumo de alcohol por los adolescentes produce graves efectos sobre su salud física, psíquica y social al no haberse completado su desarrollo y aumenta la probabilidad de ser dependiente del alcohol en la edad adulta. El cerebro de los adolescentes es espacialmente vulnerable a los efectos del alcohol. En los últimos años, numerosos estudios científicos demuestran la asociación del consumo de alcohol y el daño cerebral en los adolescentes. Consumir alcohol en grandes cantidades y en poco tiempo puede producir actitudes violentas, agresiones, alteraciones de las relaciones familiares, con los amigos, problemas con los estudios, facilita conductas de riesgo como la utilización de vehículos, como conductor o pasajero, tras haber ingerido alcohol o relaciones sexuales no seguras que provocan embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. Además, hay estudios que sugieren que el que bebe joven tiene más posibilidades de generar y acelerar el Alzhéimer, incluso con un consumo moderado.

P. ¿El consumo de alcohol no afecta a todos por igual?

R. Hay que recordar que el alcohol no afecta a todas las personas por igual, y que hay factores como la predisposición genética o la obesidad que aumentan su efecto nocivo. Sin un conocimiento personalizado de la genética y el estado de salud de cada paciente en concreto, la única respuesta posible a esta pregunta es alcohol cero. En general, el impacto sobre la salud del hígado del consumo de alcohol se relaciona con dos factores. Por un lado, si el paciente tiene más factores de riesgo, por ejemplo, si tiene obesidad y síndrome metabólico, el riesgo es mayor. Por otro lado, hay pacientes con una predisposición genética para desarrollar hepatopatía alcohólica o daño al órgano inducido por el alcohol, lo que explica, por qué bebiendo lo mismo dos personas, una tiene muchos problemas y la otra no.

P. Aumentó el consumo de alcohol en la pandemia, ¿pero hay nuevos datos?

R. Exacto. Tras el estudio de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), se desprende que los casos de hepatitis provocados por el alcohol aumentaron un 50% al mes tras el inicio de la pandemia, en marzo de 2020. Se ha pasado de14 casos al mes a 21 casos y además, son más graves y con una alta mortalidad. Los pacientes atendidos en el periodo postpandémico presentaban una mayor mortalidad al cabo de un año (44% frente al 38%). La investigación se ha realizado utilizando los datos del Registro Español de Enfermedad Hepática por Alcohol (Rehalc), que incluye la información de 30 hospitales de toda España.

P. El aumento de las patologías de hígado ¿qué requiere?

R. Lo principal es un Plan Nacional sobre Patologías del Hígado que actualmente no existe, pues la estrategia de Gobierno y comunidades autónomas ha estado enfocada hacia la hepatitis C, con gran éxito sin duda, pero es preciso establecer nuevos consensos y estrategias en torno a otras enfermedades hepáticas menos conocidas y particularmente en torno al hígado graso, la gran epidemia silente ligada a la obesidad y la diabetes que amenaza con aumentar gravemente los casos del cáncer del hígado. Además, se debe incidir en diagnosticar antes la enfermedad, así como por conocer qué pacientes son los que progresan a fibrosis y cirrosis y cómo y cuándo lo hacen, a fin de buscar dianas terapéuticas que nos permitan detener el avance de la enfermedad. Para ello necesitamos investigación, tanto básica como clínica, que debe ser una de las ‘patas’ fundamentales de la estrategia nacional.

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