Su verdadero nombre era Rocío Laura Espinosa López-Cepero, pero para varias generaciones de españoles siempre fue Laurita Valenzuela, aunque ya hubiera dejado muy atrás la edad de los diminutivos. Desde muy temprano fue el rostro de la televisión española, cuando solo había una, y formó con Joaquín Prat un inolvidable e insuperable tándem aún hoy recordado. La mítica actriz televisiva ha fallecido este viernes a los 92 años, dejando un enorme vacío en todas aquellas personas que pudieron disfrutar de ellas, no solo fans, sino también compañeros de profesión quienes han querido dar a través de las redes sociales unos emotivos mensajes de despedida.
Laurita lo dió todo en televisión, pero dejó de lado su carrera cuando estaba en su mejor momento para dedicarse a la maternidad. El nacimiento de su querida hija Lara, fruto de su matrimonio con el productor José Luis Dibildos, era lo que más quería. Pero aunque estuvo retirada durante 20 años, siempre mantuvo el calor de un público que echaba de menos su sonrisa, su saber estar y su discreción. Porque si algo caracterizó a la actriz sevillana fue su elegancia, educación y el haber mantenido durante toda su vida un perfil bajo en lo que a personaje popular se refiere.
Nacida como Rocío Espinosa López-Cepero el 18 de febrero de 1931, su familia se trasladó a Madrid cuando sólo tenía un año y aunque empezó trabajando en una oficina, a los 19 años lo dejó para ser modelo. Este sería el comienzo de una carrera al estrellato. De sus primeros pasos como modelo dio el salto al cine y a una televisión que apenas empezaba sus emisiones. De la mano de José Luis Ozores realizó su primera prueba para TVE, que buscaba presentadoras y se convirtió en la primera locutora que apareció en la pequeña pantalla española.
Bautizada por el pueblo como Laurita Valenzuela, se hizo muy popular y rápidamente se identificó a TVE con su rostro. Especialmente desde que en 1956 empezaron las emisiones regulares y se encargaba de las "Preguntas al espacio" en un momento en el que había solo 600 televisores en España. Al mismo tiempo que realizaba su papel en la televisión pública española empezó las incursiones en el cine, donde debutó en 1954 en "El pescador de coplas", de Antonio del Amo, aunque su faceta cinematográfica estuvo directamente ligada al productor José Luis Dibildos, con el que se casaría en 1971.
Aunque participó en casi cuarenta películas -algunas tan conocidas como "La violetera" (1958)-, el nombre de Laura Valenzuela siempre se asoció más a su faceta como presentadora. Incluso llegó a ganar el Ondas a la mejor locutora de televisión en la primera edición de estos premios, en 1957. Y eso que cuando le hablaron de trabajar en televisión, no sabía ni de qué le hablaban. Era un medio nuevo y desconocido al que se habituó rápidamente.
"Esto es una cámara de televisión, cuando se encienda una lucecita roja, tú hablas". Con esa escueta explicación, Valenzuela se lanzó de lleno a su primera aparición en la pequeña pantalla, en riguroso directo, como recordaba años después la presentadora. Fue, en palabras de Manuel Campo Vidal, "una novia de España", que llegó "muy chiquitita" a eso de la televisión, como ella recordaba con cariño años después sobre unos inicios en los que TVE la componían menos de 40 personas que tenían que hacer de todo.
Tras una primera época televisiva, se centró en el cine, pero volvió a TVE en 1966 con "Contamos contigo" y con el programa que más se recuerda, las "Galas del sábado", que le unirían profesionalmente a Joaquín Prat, aunque el programa duró tan solo dos temporadas, pero la pareja de Valenzuela y Prat se convirtió en el referente televisivo de España durante mucho tiempo después.
En 1969, y dada su condición de presentadora estrella de España, se encargó de conducir el Festival de Eurovisión, que se celebró en Madrid tras la victoria el año anterior en Londres de Massiel con "La, la, la". Su último gran programa televisivo antes de abandonar su carrera profesional fue en 1971, donde la emparejaron con Tony Leblanc en el programa "Canción del 71". Tan sonada fue su retirada, que Leblanc se la anunció a todos los espectadores diciendo: "Laurita se nos va". Valenzuela aseguró sentirse "muy feliz" con la idea de formar una familia y desapareció de la pantalla durante casi 20 años para criar a su hija, la actriz Lara Dibildos.
Laurita tocó casi todos los palos del periodismo, llegando incluso a tener una época radiofónica junto a su adorado Joaquín Prat, en la COPE, en 1988. Pero a la televisión no regresó hasta la llegada de las cadenas privadas -aunque rechazó alguna oferta de TVE-. En 1990 llegó a la que fue su casa por varios años, Telecinco. Aquí presentó programas como "Tele 5 ¿dígame?", "Date un respiro" o "Las mañanas de Tele 5". Además de retransmitir las campanadas de Fin de Año en 1990 y 1991. Hasta que en 1996 regresó a TVE con "Mañanas de primera", un programa que servía para introducir a su hija Lara en el mundo de la televisión, pero solo duró unos meses en antena.
No volvería a aparecer en televisión hasta 2006. Tras recibir la llamada de Chicho Ibáñez-Serrador, formó parte del programa especial "La televisión cumple contigo", con el que se celebraba el 50 aniversario de la televisión en España. El año anterior había superado un cáncer, que se le detectó meses después de que su hija también fuera operada de la misma enfermedad.
Finalmente, su última gran aparición pública fue en 2012, para recibir el Premio Iris a toda su trayectoria, que le concedió la Academia de Televisión.