El bailaor granadino Rafael Amargo, de 48 años, ha sido detenido este jueves en Alicante por la supuesta venta de estupefacientes en su vivienda del barrio de Malasaña de Madrid, siendo la segunda vez que es arrestado por la misma causa. El artista había abandonado el piso de la capital el pasado mes de octubre, despues de que les reclamaran una serie de impagos del alquiler y tras las contundentes quejas de los vecinos, que incluso presentaron una denuncia en el juzgado de Plaza Castilla. En ese momento, los agentes llevaban meses realizando labores de vigilancia y habían recabado pruebas sobre su presunta actividad delictiva, como conversaciones de WhatsApp.
La Policía Judicial de la Comisaría del distrito Centro de Madrid, el mismo grupo que ya detuvo a Rafael Amargo por el mismo motivo en 2020, recibió la denuncia de los vecinos: los agentes de este cuerpo se encargaron del seguimiento del domicilio, que se alargó durante agosto, septiembre y octubre, y que ha concluido con la detención del bailaor en Alicante, donde opuso resistencia y por lo que puede sumar el delito de atentado a la autoridad. Las conversaciones entre el artista y sus posibles clientes fueron clave para desvelar el supuesto punto de tráfico de drogas.
Estas son las conversaciones, según recogen medios como 'ABC':
Esta es la conversación entre Rafael Amargo y J. A., un posible cliente, el pasado 3 de octubre. Eran las 12:51 horas:
-Rafael: Ya desperté y ya estoy en pie trabajando. Lo que sea, me avisas.
-J. A.: Envía un audio que no se escucha.
-R: No entendí. No dice nada el audio.
-J: Luego me pasado, ¿vale? Te aviso. Necesito cuatro.
-R: Ok. Más o menos, a qué hora, pa' tenerlos aquí. Así no esperas.
-J: A las 5 voy.
-R: Ok... Pa' las 5 te los tengo aquí.
Sobre las 16:17 horas, ambos usuarios retoman la conversación:
-R: Hola, corazón... ¿Lo voy pidiendo ya?
-J: A las 6. Vale, no te voy a quedar mal, estoy en el gym. En lo que salga me paso por casa por el dinero y voy a verte. (envía ubicación en tiempo real)
Sobre las 18:00 horas, al no haber realizado todavía la compra, vuelven a hablar:
-J: Ya estoy en mi casa, me cambio y salgo para allá.
-R: Ok. Ya entonces digo que venga eso pa' ca' también.
Rafael Amargo, al ver que tarda demasiado el presunto cliente, vuelve a escribirle a las 18:33 horas:
-R: Nico, querido, ya tienes esto aquí. ¿Cómo vas? No tardes, que está esto ya aquí y el chaval se quiere llevar su dinero.
j: Vale, no tardo. Lo que tarde en llegar. Te mandé la ubicación, nene. En camino.
-R: Es que, como no se movía la ubicación, por eso te volví a preguntar.
-J: Ok.
En otra conversación de Rafael Amargo con otro presunto cliente, se puede leer esto. Era el mediodía de una fecha de hace meses:
-Presunto cliente: Pásame tu dirección y te veo a las 22:00.
-Rafael: Calle Espíritu Santo (aporta el número, piso y letra).
-C: Vale, te veo luego.
-R: Ok, tendrás aquí eso esperándote.
-C: ¿Conseguiste el 'popper' o quieres que te lleve uno?
-R: Sí, sí, ya lo conseguí.
C: Ok, nene, te veo luego.
Sobre las 20:30 horas de aquel día, vuelven a retomar la conversación:
-R: Ya está esto aquí. Me puedes poner 100 euros y ya te los tengo.
-C: Voy a ducharme y salgo.
Estos chats apuntalan la acusación contra Rafael Jesús García Hernández (verdadero nombre del granadino), ya que refuerzan otras pruebas recabadas desde hace casi un año. Cabe destacar que ya fue arrestado el 1 de diciembre de 2020 en el marco de la 'Operación Codax', cuando se descubrió que durante la pandemia, él, su representante y otras personas de su entorno presuntamente facilitaban estupefacientes a terceros. El bailaor se sentará el próximo junio en el banquillo de los acusados por estos hechos. La vista oral se celebrará los días 7, 8, 9 y 12 de junio en la Audiencia Provincial de Madrid. Se enfrenta a una petición fiscal de nueve años de cárcel.