Abrir los colegios en días no lectivos: ¿un 'aparcaniños' o una forma educativa de protección social para ellos?
Los colegios de infantil y primaria de la Comunidad de Madrid abrirán desde el 1 de septiembre hasta el inicio del curso, así como en Navidad, Semana Santa y puentes, a partir de enero de 2024
Los sindicatos de profesores defienden que la medida no puede convertir los centros en 'aparcaniños' en aras de que las familias puedan conciliar
"Algunos niños se encuentran cuando llegan a casa que están solos o con otro menor, o en una vivienda donde no hay calefacción o comida caliente", señala Marta Ferrero
La última propuesta de Isabel Díaz Ayuso de abrir los colegios durante días no lectivos para que las familias puedan conciliar mejor ha abierto una brecha en la comunidad educativa. La idea es que centros de infantil y primaria de la Comunidad de Madrid acojan alumnos desde el 1 de septiembre hasta el inicio del curso, así como en Navidad, Semana Santa y puentes. La propuesta comenzaría a aplicarse en enero de 2024. Y se basaría en ofrecer actividades gratuitas, al estilo de las extraescolares, de apoyo y estudio, refuerzo de idiomas, deportes y artísticas.
Los centros públicos de infantil y primaria son de titularidad de los ayuntamientos (los de los institutos de secundaria son de cada comunidad autónoma). Eso implica que el personal auxiliar no docente de un colegio lo contrata el consistorio. En este sentido, el sindicato Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) no vería “ningún problema” en que un ayuntamiento contratase a personal sin competencias educativas para realizar actividades lúdicas y asistenciales los días no lectivos. Pero pone una línea roja. “Que ningún docente tenga que hacerlo y que cuando se lleven a cabo estas actividades, estas no sean educativas. Es decir, que no adelanten temario ni hagan repasos de lecciones anteriores. Tendría que ser solo una atención asistencial y lúdica”, señala Miguel Ángel González, presidente de Educación en CSIF Madrid.
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El tema de cuánto tiempo deberían estar los alumnos en los centros educativos es siempre delicado porque entran en juego muchos factores y hay muchos colectivos implicados. Son muchos los profesores que defienden que los colegios no pueden convertirse en una ‘aparcaniños’, es decir, en un lugar donde los padres puedan dejarlos mientras ellos trabajan. “Habría que plantearse el modelo que supone que tengamos a los niños aparcados en los colegios 12 horas al día, durante siete días a la semana. España es un país de servicios donde se trabaja de nueve de la mañana a 10 de la noche, y así es normal que los padres tengan problemas”, señala González. “Los niños tiene que estar con sus familias el mayor tiempo posible, que es la que les tiene que educar. Profesores y maestros lo que hacemos es transmitir conocimientos y valores, pero la educación básica tiene que darse en casa”, añade.
Necesidades de los niños
CC.OO. Madrid también ha criticado el anuncio de la presidenta madrileña, al que ha tildado de “precampaña". Pese a reconocer la necesidad de conciliación de las familias, la secretaria general de Enseñanza del sindicato, Isabel Galvín, ha aseguro que habría que pensar "en cuáles son las necesidades de los niños". “Las políticas de conciliación habría que promoverlas a través de negociación colectiva en las empresas o mediante políticas públicas de las propias administraciones públicas para dar cobertura directa a los progenitores para que tengan más tiempo de atención a sus hijos", asegura.
La Federación de Sindicatos Independientes de Enseñanza (FSIE) cuestiona también que los centros educativos se conviertan en una “herramienta para la conciliación de la vida familiar y laboral”. Creen que sería mejor que las medidas de conciliación de la vida laboral, familiar y personal se orientasen a crear unas condiciones "que favorezcan en todo caso que las personas trabajadoras puedan mantener un equilibrio adecuado entre el tiempo dedicado a la vida profesional y el dedicado a la vida personal o familiar".
Desde la Consejería de Educación de Madrid explican que abrir los colegios en días no lectivo, “lejos de ser un ‘aparcaniños’ lo que se pretende es que los alumnos hagan una serie de actividades con personal adecuado”, explican.
Estudiantes más seguros en los centros
Estudios recientes defienden que los alumnos deben pasar más tiempo del que están ahora mismo en los colegios. La razón que esgrimen es que los estudiantes con menos recursos están más seguros en ellos que en sus propias casas, donde hay más posibilidades de se expongan a situaciones de cierto riesgo social. “Adecuar la escuela a las necesidades de los alumnos debería ser una prioridad nacional. Un mecanismo de lucha contra la exclusión social y de activación del empleo de las familias, especialmente, de las madres”, aseguraba recientemente a NIUS Lucas Gortazar, coordinador de Educación en EsadeEcPol y consultor de Educación en el Banco Mundial.
Es algo que ocurre ya en México, Colombia, Uruguay, Argentina o Chile. En todos estos países existen escuelas a tiempo completo, con programas dirigidos a un alumnado vulnerable, para que los niños pasen en la escuela 7-8 horas como una barrera de protección social, no solo educativa. "Hay que conocer las distintas realidades que hay en cada hogar: las necesidades laborales, los recursos económicos que cuentan para armonizar trabajo y familia y, por supuesto, con qué condiciones para el bienestar de los niños. Partiendo de esto último, todos, como sociedad, tendríamos que pensar en ellos. Sobre todo, en aquellos con situaciones socieconómicas más desfavorables. Ahí es donde hay que poner el foco, en cuál es la mejor solución para ellos", apunta Marta Ferrero, profesora de la Facultad de Educación de la Universidad Autónoma de Madrid y una de las coautoras del informe Jornada escolar continua: cómo la pandemia está acelerando un modelo social y educativo regresivo, elaborado por el Centro de Políticas Económicas de la Escuela de Negocios Esade (EsadeEcPol).
Ferrero insiste en cómo los centros escolares ejercen siempre de lugares de protección para determinados alumnos. "Afortunadamente, muchos niños encuentran en sus hogares una condiciones vitales idóneas. Pero, a veces, existe el factor socioeconómico, que no depende de la buena voluntad de las familias, y algunos niños se encuentran cuando llegan a casa que están solos o con otro menor, o en una vivienda donde no hay calefacción o comida caliente. Y en esos casos, yo sí valoraría, con toda la flexibilidad y llegando a consensos con todos los agentes implicados, la posibliliad de que los centros escolares puedan contribuir al bienestar de determinados alumnos", señala.