Hoy se cumplen 19 años del mayor atentado terrorista de la historia de España. El 11 de marzo de 2004 estallaron diez bombas en cuatro trenes de Madrid, las cuales provocaron 193 muertes y más de 2.000 heridos con secuelas físicas y psicológicas.
Casi dos décadas más tarde, el aniversario del 11-M sigue trayendo a la memoria imágenes desoladoras que marcaron a todo un país. 11 millones de personas se manifestaron al día siguiente con un silencio sepulcral que jamás será olvidado.
Esta fecha funesta que será difícil de olvidar se acerca a su vigésimo aniversario, momento en el que este acto terrorista prescribirá. ¿Qué significa esto? Que a partir del 11 de marzo de 2024, las personas que perpetraron esta barbarie y que no hayan sido apresadas por la justicia, no podrán ser juzgadas por sus crímenes.
La Asociación de Víctimas del 11M lleva unos años denunciando este hecho. “Se desconoce quiénes fueron los autores intelectuales del atentado yihadista que acabó con la vida de 193 personas y produjo alrededor de 2.000 víctimas, así como muchos otros detalles de aquel crimen. Si nada cambia, dentro de tres años, el 11 de marzo de 2024, los crímenes cometidos quedarán prescritos y, sus responsables, libres de cualquier tipo de pena”, exponían en 2021, a lo que añadían: “Lo que la Asociación quiere evitar, logrando la no prescripción del atentado, es lo que ya ha ocurrido y ocurre con otros sucesos. No sería la primera ni será la única vez en que, tras la impunidad que una prescripción ofrece, los terroristas alzasen la voz y declarasen haber sido los autores de un atentado, como un modo de lograr al fin, tras años de silencio, el reconocimiento que buscaban al cometer su crimen”.
Tal y como apuntan en esta asociación, a pesar de que se realizaron algunas detenciones, nunca se atrapó a los autores intelectuales del acto terrorista, de manera que veinte años después podrán aparecer en público, reclamar su autoría y que la justicia española no pueda hacer nada, ya que el delito habrá prescrito.
Esto es así por dos razones. La primera de ellas es que en 2004 aún no se había modificado el Código Penal, con lo que los únicos delitos que no prescribían por entonces eran los de lesa humanidad. Y la segunda es que los atentados cometidos por terroristas islámicos no fueron considerados de este modo.
Tras la citada modificación del Código Penal mediante la Ley Orgánica 5/2010, “los delitos de lesa humanidad y de genocidio y los delitos contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado, salvo los castigados en el artículo 614, no prescribirán en ningún caso. Tampoco prescribirán los delitos de terrorismo, si hubieren causado la muerte de una persona”.
Por lo tanto, si el atentado se hubiera cometido unos años más tarde, nunca prescribiría tal y como sí lo hacen la mayoría de delitos de acuerdo con el Código Penal, los cuales exponemos a continuación:
La Asociación de Víctimas del 11M confía en que esta situación cambie y para ello se ampara en la vía que se abrió una vez que se promulgó la Ley Orgánica 5/2010, momento en que los delitos de terrorismo dejaron de prescribir. Sin embargo, de acuerdo con la normativa española, solo los que se han cometido desde entonces pueden atenerse a esta modificación, de manera que los atentados del 11-M quedarían fuera.
Es ahí cuando entra en escena el artículo 2.2 del Convenio Europeo de Imprescriptibilidad, donde se apunta que los estados miembros de la UE que incorporen delitos a esta condición –la de no prescribir nunca– deben tener en cuenta todos aquellos que no hayan prescrito en el momento de la promulgación y no solo los que se perpetren en adelante.
Esta vía fue abierta por la asociación Dignidad y Justicia, la cual se personó como acusación popular en el caso de Miguel Ángel Blanco, el concejal del PP asesinado por ETA. En caso de que la justicia termine aceptando lo estipulado en el Convenio Europeo, todos los asesinatos terroristas realizados desde el 24 de diciembre de 1990 (veinte años antes de la Ley Orgánica) no prescribirán nunca, incluido el mayor de la historia de España y de Europa.