Es una de las historias humanas que nos deja el día. Y un avance importante para todo el colectivo de ciegos del mundo. En el Hospital San Pau de Barcelona hemos visto una curiosa y tierna imagen. Es la primera vez que una animal entra en una unidad de neonatos. Una pareja de invidentes ha tenido una niña, Leia, y para estar al lado de su pequeña se les ha permitido la compañía de su inseparable Nikita, una perra guía que es una más de la familia.
Con solo olerla, Nikita se dio cuenta de quién iba a ser el miembro nuevo de su familia. Porque Nikita es una más en el hospital Sant Pau. Es la primera vez que una perra guía entra a la unidad de neonatos. Lo hace para ver a Leia. Desde el primer día ha estado a su lado. Si se pone a llorar se pone cerca de la bebé para ver qué la ocurre. No ha sido fácil, el hospital ha tenido que tomar una serie de medidas como controlar las infecciones, pero al final todo ha sido posible. Estos padres todavía no se creen que no haya habido ningún problema. No ha sido fácil
Porque Sabina, que padece ceguera total, ha sufrido situaciones muy complicadas con su perra en su día día, porque no es siempre fácil que la gente entienda que Nikita no es una mascota, sino que está trabajando y es inseparable e imprescindible para Sabina. A veces su pareja tiene que esconderla junto a Nikita para una vez parado la dejen entrar con su perro guía. Como ella misma dice, Nikita es mi mejor amiga no hay nadie que me conozca como ella. Y ahora, será la también la mejor amiga de Leia.