Jornada de luto en Súria (Barcelona) tras el fatídico accidente en la mina de la empresa Iberpotash en el que perdieron la vida este jueves tres jóvenes geólogos, Óscar, Daniel y Victorio. Los mineros son muy conscientes de los riesgos que entraña trabajar ahí abajo, a pesar de que se cumpla toda la normativa de seguridad. De hecho, una de las víctimas difundió el recorrido en el que perdieron la vida una semana antes, mostrando su lugar de trabajo en redes. Lo ocurrido en la mina se está viviendo en el municipio como una auténtica tragedia.
La mina está cerrada y no recuperará su actividad hasta que pasen los funerales de lo tres jóvenes fallecidos. Las causas del accidente ya se están investigando. De hecho, la propia empresa Iberpotash ha abierto una investigación interna para tratar de esclarecer el suceso. Precisamente en el momento del derrumbe, los tres geólogos estaban inspeccionando una galería que acababa de abrirse para determinar si era seguro o no trabajar en ella.
Dolor en el homenaje a los caídos en la mina:
Orgullo en el dolor para rendir homenaje a los tres fallecidos: "¡Vivan los mineros!". Una joven ha querido hablar de uno de ellos, Daniel. "Le gustaba mucho su trabajo, lo que hacía". Ella nos ha facilitado un vídeo que publicó el joven geólogo colombiano en redes sociales una semana antes del accidente. En el documento grabó y describió la bajada hasta 600 metros de profundidad en la mina de potasa, hasta el lugar desde el cual sale la rampa que sigue bajando hasta los 900 metros.
Es el mismo recorrido que concluye en un punto donde ayer perdieron la vida. Era su trabajo habitual: "Es el inicio de una galería, de una nueva galería", explica un minero. "Lo que estaban haciendo ellos era verificar para poder excavar en ese sitio", añade. Junto a Daniel fallecían Victorio, un joven alicantino de 28 años, y Oscar, natural de San Joan de Vilatorrada, de 29: "Él tenía siempre buen humor y muchas ganas de tirar para adelante", señala el alcalde del municipio. Dolor palpable tras el minuto de silencio de sus compañeros. Sentimiento que se ha visto también en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) con sede en Manresa, donde cursaban máster dos de los mineros fallecidos.