En medio de una fuerte división en el movimiento feminista, este año más que nunca, cientos de miles de mujeres han salido a las calles de España para conmemorar el Día de la Mujer y reivindicar su lucha por la igualdad, contra la brecha salarial, contra el maltrato y las agresiones sexuales.
La manifestación de Madrid ha sido la más multitudinaria, pero también en la que se ha evidenciado más la ruptura feminista con dos columnas bien diferenciadas, la fractura abierta en la marea morada se centra en la ley trans y la reforma de la ley del 'solo sí es sí' como consecuencia de la rebaja de penas a agresores sexuales.
En Madrid, Valencia, Sevilla, Valladolid y León se han celebrado marchas diferentes, mientras que en Barcelona las feministas abolicionistas han caminado en la convocatoria unitaria pero de forma distanciada.
Las ministras socialistas y la de Igualdad, Irene Montero, han acudido a la convocada por la Comisión 8M en Madrid tras pancartas separadas, mientras que la exvicepresidenta del Gobierno y presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso, Carmen Calvo, ha participado en la manifestación de Córdoba.
La división ha dejado deslucida en números las marchas en Madrid: 17.000 convocadas por Comisión 8M y 10.000 por el Movimiento Feminista. Se trata de cifras bastante alejadas respecto a los datos registrados en 2018 y 2019 con unas 300.000 mujeres en marchas unitarias en la capital de España. En 2020, poco antes del inicio de la pandemia de coronavirus, la cifra descendió a unas 120.000 asistentes. En 2021 no hubo convocatorias debido a la pandemia.
Con gritos de 'Irene dimisión' han marchado las mujeres convocadas por el Movimiento Feminista de Madrid y de 'Ni un paso atrás en el consentimiento', en la organizada por la Comisión 8M.
En la manifestación tradicional, convocada por la Comisión 8M, han participado las ministras socialistas y también la ministra de Igualdad, en dos bloques diferentes cada una tras su pancarta.
Las políticas del PP han optado por sumarse a la marcha organizada por el Movimiento Feminista de Madrid, contrario a la ley trans y que ha comenzado a andar entre gritos de "Irene Montero dimisión", "No es un sentimiento ser mujer" o "Las mujeres no tienen pene".
Miles de personas, la inmensa mayoría mujeres, se han sumado a la marcha convocada por la plataforma feminista unitaria Assemblea 8M, bajo el lema "Las mujeres movemos el mundo, ahora lo pararemos".
Sindicatos, organizaciones de estudiantes, mujeres comunicadoras, mujeres pensionistas, el sindicato de kellys y las asociaciones de mujeres migrantes y LGTBI han participado en la movilización, a la que también se han sumado representantes de los partidos políticos y diversas autoridades, entre ellas el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
También han estado las feministas abolicionistas que, sin embargo, han marchado por separado del resto del movimiento, para reclamar el fin de la prostitución, la pornografía, los vientres de alquiler y el género.
En Valencia varias decenas de mujeres se han cortado el pelo en una céntrica plaza de la ciudad como gesto simbólico de solidaridad con las mujeres que protestan contra el gobierno de Irán por la muerte de la joven iraní Mahsa Amini tras ser detenida por llevar mal puesto el velo.
Esta acción colectiva, convocada por la Coordinadora Feminista de Valencia bajo el lema "Tijeretazo al patriarcado", se ha llevado a cabo antes de la manifestación convocada por la Coordinadora Feminista de València.
Por separado, se han manifestado la Assemblea Feminista de València con el lema “Front al capital violent, feminisme dissident” (“Frente al capital violento, feminismo disidente”).
En Sevilla, varios miles de personas han participado en la manifestación de la Asamblea Feminista Unitaria y CGT bajo el lema "Rebelión feminista: por mí, por ti, por todas, por el planeta", alternativa a la convocada por el movimiento feminista clásico.
En una parte de la manifestación, desarrollada en un ambiente festivo, había madres con carritos con bebés detrás de una pancarta que decía "Maternar es un acto político".
"Por los derechos de la mujeres, ni un paso atrás" ha sido el lema de las asociaciones integradas en el Movimiento Feminista que, antes de emprender la marcha, ha simbolizado la ruptura de un muro enorme pintado sobre papel y en el que figuraban conceptos como "Asesinatos, opresión, prostitución, patriarcado, vientre de alquiler...".
Unas 10.000 personas -según cifras de la Subdelegación del Gobierno- han participado en Granada en una manifestación convocada por la plataforma 8M y 25N y Espacio Feminismo Unitario.
De forma paralela, colectivos como La Volaera y Forum de Política Feminista, que son abolicionistas de la prostitución y del género, han secundado una concentración a las puertas del Ayuntamiento.
El 8M se ha celebrado en Castilla y León también en un ambiente marcado por el debate nacional de la ley trans, que ha provocado que en ciudades como León se hayan producido dos manifestaciones diferentes, aunque las contrarias a esta ley han sido minoritarias.
También han discurrido de forma separada en Valladolid, pero por una cuestión sindical y no relacionada con esta ley, las manifestaciones por el 8M, donde se han podido leer pancartas como "Gallardo, escucha nuestro latido", en alusión al polémico protocolo que anunció la Junta encaminado a disminuir los abortos en la Comunidad mediante la escucha del latido fetal.
Miles de mujeres también ha salido a las calles de Bilbao, Cádiz, Huelva, Logroño, Mérida, Palma, Segovia o Zaragoza, en estos casos de forma conjunta, en una jornada en la que sí ha habido un grito unánime: igualdad real de mujeres y hombres y no a la violencia machista.
Por otro lado, una pancarta con el lema 'Que te vote Tito Berni', en referencia al exdiputado socialista Juan Bernardo Fuentes Curbelo inmerso en el 'caso Mediador', ha tensionado la marcha.
La protesta ha sido apoyada por Nuevas Generaciones (NNGG) de Madrid y detrás de la pancarta se encontraba, entre otros, el presidente de la organización juvenil del PP, Ignacio Dancausa. Esta concentración se ha situado a la altura del Paseo del Prado, a unos diez metros de la cabecera de la delegación del PSOE en la manifestación donde estaban, entre otros, miembros del Gobierno de Pedro Sánchez.
La aparición del cartel ha generado momentos de tensión y empujones entre los protestantes y simpatizantes del movimiento feminista que acompañaba a las dirigentes del PSOE, que incluso han llegado a formar una cadena humana para tapar la pancarta.