Este martes se ha celebrando el funeral de los tres menores de Camarles, fallecidos tras un trágico accidente de coche este pasado domingo. El primero de los restos mortales de los menores ya ha sido enterrado, después de llegar a la Iglesia de Camarles a hombros de sus compañeros del club de fútbol. Todo el pueblo se ha volcado con la familia de los fallecidos, hasta unas 300 personas se han podido ver en el camino detrás del féretro hasta la iglesia
En los otros dos funerales las motos de los amigos de los fallecidos han rugido con dolor en honor a los fallecidos, quienes eran aficionados a estos vehículos.
Los tres menores eran jugadores de la categoría infantil y juvenil del CF Camarles, y la localidad está devastada por la tragedia: "Estamos consternados porque en Camarles somos como una gran familia, quien más quien menos tiene algún tipo de parentesco o amistad con las víctimas", explica Cristina, vecina de la localidad.
“Una desgracia para los padres, los abuelos, los compañeros de clase, para todos. Todo esto es una tragedia muy grande. Nos conocemos todo el mundo y nos queremos mucho. Para un padre y una madre esto no se supera nunca. Los padres no son conscientes todavía de lo que está ocurriendo. Las familias están destrozadísimas.”
Los vecinos de la localidad no pueden evitar pensar que cualquiera de ellos podría haber ido en ese coche: "Mi nieto iba a clase con uno de los niños y no paro de pensar que le habría podido tocar a él", lamenta.
Fuentes policiales señalan que el accidente se produjo cuando el Peugeot 206 se despeñó por el barranco de unos 20 metros estrellándose contra el fondo e incendiándose inmediatamente. Los fallecidos murieron casi en el acto, mientras que el cuarto accidentado pudo salir del vehículo aunque gravemente herido.
Los investigadores creen que se trató de la suma de varios factores que describen como "un cúmulo de despropósitos que acabaron de la peor forma posible". Por un lado, el exceso de velocidad del vehículo junto a una posible distracción del conductor que llevó a una pérdida del control del coche y el posterior volantazo. Un tercer elemento, la falta de un guardarraíl en ese tramo de la carretera, también pudo haber intervenido en la tragedia.
El conductor, de 19 años, el único que ha sobrevivido de la brutal tragedia, se encuentra muy grave en el Hospital del Vall d’Hebrón, de Barcelona, aunque ha experimentado una leve mejoría en las últimas horas.