La Organización Meteorológica Mundial (OMM) avisaba hace unos días: llega El Niño. ¿Qué significa esto? Que vuelve un fenómeno climático que trae más calor, de forma global. La OMM cree probable que El Niño vuelva a activarse en el Pacífico desde este mismo mes de marzo, aunque de momento seguimos bajo los efectos de La Niña, que supone lo contrario: un enfriamiento de las temperaturas.
La Niña nos acompaña desde hace tres años ya, de forma “inusualmente tenaz y prolongada". Pero “está llegando a su fin”, anunciaba el secretario general de la OMM Petteri Taalas. El enfriamiento de La Niña frenó temporalmente el aumento de las temperaturas globales, a pesar de lo cual, los últimos ocho años han sido el periodo más cálido registrado en el planeta. ¿Qué pasará ahora con El Niño? Es "probable", advierte la OMM, que genere otro aumento en las temperaturas globales.
Los efectos de El Niño se notarán sobre todo a partir del verano, porque ahora todavía domina La Niña y, durante unos meses, se producirá una transición entre ambos fenómenos. ¿Qué pasará a partir de junio? ¿Cómo puede afectar El Niño a España? ¿Será este verano todavía más cálido que el pasado?
“El Niño introduce un aumento de 0,1-0,2 grados en la temperatura media global. La Niña hace lo contrario”, explica Francisco Martín, meteorólogo de Meteored. Son fenómenos que se producen en las aguas superficiales del Pacífico ecuatorial, central y oriental. Y lo habitual es que se alternen, cada 2 a 7 años, como explica la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU.) Las repercusiones de ambos son globales.
“Estos calentamientos o enfriamientos de la temperatura del agua del mar se generan en esa amplia zona del Océano Pacífico. El Niño provoca una subida anómala de la temperatura del agua del mar, y esas aguas cálidas repercuten en ciertos patrones climáticos a nivel global”, explica Martín. La Niña, en cambio, enfría esas aguas. Y es lo que ha hecho durante los últimos tres años, aunque no es habitual que este fenómeno de enfriamiento dure tanto.
Pero entre uno y otro, “hay un estado neutral, que es en el que entramos ahora”. Ahora todavía estamos bajo influencia de La Niña, pero “a partir de junio, se va a notar la llegada de El Niño”. Es decir, que el fenómeno cogerá fuerza este verano, como vienen advirtiendo algunos meteorólogos desde hace semanas.
“Ahora mismo, tenemos una Niña debilitándose y en proceso de desaparecer. Durante la primavera-verano habrá una transición, con condiciones neutras, y a partir de julio-agosto entra de lleno El Niño”.
La última vez que tuvo lugar este fenómeno fue en 2016, que ha pasado a la historia como el año más cálido registrado. De momento. La OMM estima, con una probabilidad del 93%, que (al menos) alguno de los años de aquí a 2026 lo supere.
Pero cuando hablamos de un mayor calentamiento, no sólo hablamos de El Niño. También de “los gases de efecto invernadero, cuyos efectos se unen a los de El Niño”, recuerda Martín. “El dopaje que estamos introduciendo en la atmósfera, por los gases de efecto invernadero, tiene un peso tremendo. Casi anula los efectos de La Niña, de hecho”, advierte el meteorólogo.
Y ambas cosas harán que 2023 sea “un año muy cálido”. En el proceso de calentamiento global en que estamos inmersos, dice Martín, “El Niño es una ayuda adicional, que podría aumentar más las temperaturas globales”.
Pero esto no es lo único. Hay otro factor, que también vigilan los climatólogos y que puede contribuir también a ese aumento de las temperaturas: el vapor de gas que expulsó el volcán Tonga en enero de 2022. Ha pasado un año, sí, pero “es un gas inyectado en la estratosfera cuyos efectos perduran todavía”. Martín explica que las previsiones de algunos climatólogos indican que “este vapor de agua, que es un gas de efecto invernadero, va a añadir un calentamiento adicional, todavía por cuantificar”.
Es decir, que, en 2023, sobre todo desde el verano, “veremos un aumento de la temperatura global”, que puede estar provocado por estos tres factores:
Todo esto puede hacer que 2023 se convierta, tristemente, en el año en que superaremos el umbral de 1,5 grados de aumento de temperatura global, avisa Picazo.
La Met Office británica ya pronosticó hace un par de meses que 2023 será “uno de los años más cálidos registrados en la Tierra”. Después de un 2022 que cerraba como “el décimo año consecutivo en que las temperaturas han alcanzado al menos 1°C por encima de los niveles preindustriales”.
Pero ¿cómo afectará El Niño a España? ¿Podríamos tener un verano más cálido que el de 2022, que batió récords en cuanto a olas de calor? “Podría traer un verano más cálido”, reconoce Martín, pero explica que el tiempo, en España, no está tan influenciado por El Niño como por otros factores. “Sus efectos en España no están muy claros”.
Explica el meteorólogo que aquí influyen más, por ejemplo, factores como el chorro polar, la cercanía a África, y las aguas cada vez más cálidas del Mediterráneo. “No se puede saber cómo va a afectar El Niño a España, pero posiblemente será un verano relativamente cálido. Porque los expertos hablan de que este año podría ser más cálido de lo normal, en general, y el verano también”.
Martín explica que “El Niño influye, sobre todo, en zonas tropicales, subtropicales y en algunas zonas de EE.UU., pero no tanto en España, más condicionada por otros factores más cercanos a nuestras latitudes”. Y concluye: “Podría ocurrir que el verano en España sea más cálido de lo normal por estas tendencias, pero no se puede cuantificar el efecto de El Niño en eso”.