Dos niños de cuatro años han tenido que ser atendidos sanitariamente y han recibido tratamiento médico después de que jugasen con un condón usado y con los restos de semen que había dentro del preservativo. Los menores, alumnos del CEIP Miguel Hernández de Sevilla, "están bien" y las pruebas a las que han sido sometidos han arrojado resultados "negativos". Así lo ha confirmado la madre de uno de ellos, que pide, no obstante, más seguridad, ya que el preservativo lo encontraron en el patio.
Estefanía Fuentes, madre de unos de estos niños, ha destacado que los menores trataron el condón "como un globo, jugando con él en el recreo". Al parecer, se lo pasaban el uno al otro para inflarlo. "Uno de ellos se lo metió en el bolsillo y lo llevó a casa", ha precisado, respecto al momento en el que se dio "cuenta" de la situación. La mujer asegura que los menores se encuentran en perfecto estado, pero reclama a las autoridades mayores medidas para impedir que personas ajenas a la comunidad educativa accedan al centro, extremo que según ha dicho sucede a menudo.
Afortunadamente, el suceso no ha acarreado mayores problemas. El preservativo estaba enterrado en el arenero del centro escolar. Después de haber estado jugando con él, tras terminar la jornada escolar, uno de los niños se guardó el condón, como apuntaba la madre, y le mostró el supuesto globo a su progenitora. Nada más ver el preservativo y conocer que otro compañero estaba implicado, se dio el aviso al centro educativo y los dos fueron trasladados a un centro hospitalario.
En urgencias, los menores han sido sometidos a distintas pruebas médicas para detectar si se habían contagiado de VIH, hepatitis o cualquier otra enfermedad. Afortunadamente, los niños han dado negativo en las pruebas a las que se les ha sometido. Sin embargo, el equipo sanitario ha decidido someter a tratamiento médico a los dos pacientes para evitar que desarrollen cualquier tipo de enfermedad. Además, según se ha podido conocer las pruebas se repetirán en los próximos días para descartar por completo cualquier alcance.
Los padres de los alumnos del CEIP Miguel Hernández de Sevilla se han mostrado indignados. Afirman y denuncian que esta situación o cualquier otra parecida ya se preveía y que el centro escolar se encuentra protegido de forma muy débil. "Denuncian que el muro de la parte trasera del colegio, que da a un edificio en obras y al centro de salud de San Pablo, no solo es muy bajo, sino que en él pueden practicarse agujeros que algunos utilizan como una escalera para poder acceder al interior del colegio, según medios locales.
Además, la asociación de padres y madres del colegio ha asegurado que esta no es la primera vez que se encuentra un objeto de estas características dentro del patio del colegio ya que, en otras ocasiones, se han llegado a ver botellas de cristal, drogas, colillas, mecheros e, incluso, excrementos humanos. Desde el Ayuntamiento aseguran haber contactado ya con la empresa encargada de la seguridad de los colegios para que reforzasen las labores de vigilancia en el CEIP Miguel Hernández de Sevilla.