Adam tenía 11 años cuando le dijo a su madre que no se sentía niña. Su caso recuerda a la de Sallent. Adam hace año y medio que se suicidó debido al bullying que sufría en el instituto. El psicólogo sanitario y forense, José Antonio Galiani, explica cómo detectar si nuestro hijo sufre acoso escolar o si, por el contrario, es el acosador.
Hay señales que ayudan a los padres a detectar si su hijo o hija está sufriendo bullying.
“Lesiones inexplicables como cortes o quemaduras, si pierde materiales escolares con facilidad, duerme mal o tiene pesadillas, cancela sus citas con sus amigos que antes eran sus favoritos, no querer ir al cole…”, son algunas de las señales de alerta que explica José Antonio Galiani, director del centro psicosanitario Galiani.
Para saber si un hijo o hija está al otro lado, es el acosador, también hay señales de alerta. Algunas de ellas son, según explica este psicólogo, que el menor tiene una actitud de “violencia con nosotros, quiere ser popular, querer tener pertenencias como dinero, las expulsiones del aula…”.
Y sobre todo, cuando un menor acosa a otros, Galiani señala que lo fundamental es explicarle que “la gestión de sus emociones no tiene que estar ligado al abuso de autoridad”.
El bullying no es nuevo. Cada vez se conocen más casos de menores que tratan de poner fin al acoso escolar con el suicidio. Recientemente se ha conocido el caso de Sallent, donde Alaina e Iván, eran acosadas porque él había decidido que ya no era más una chica.
Adam se suicidó estando en un centro sanitario donde lo debían ayudar. Con 11 empezó a sufrir acoso escolar de sus compañeros porque había nacido chica y había dado el paso de ser quien realmente era.