Los equipos de emergencia en Mallorca multiplican su trabajo ante los estragos provocados por la borrasca Juliette, que ha dejado un intensísimo temporal de nieve, lluvia y fuertes racha de viento; situaciones que han propiciado multitud de cortes de carreteras, caídas de árboles y rocas y numerosos rescates de personas atrapadas. Entre ellas, un padre y dos hijos menores que ayer quedaban en el interior de su coche a merced de un torrente de agua que les arrastró.
El progenitor, junto a los menores, intentaba cruzar por una zona que normalmente suele estar seca, pero la pasada noche iba con mucha agua. Como consecuencia, la familia fue arrastrada hasta 200 metros y quedaron atrapados en su coche y en el torrente en San Anglada, Palma.
Afortunadamente, los servicios de emergencia llegaron a tiempo y consiguieron rescatarles antes de que el agua se los acabase llevando, y en medio de los gritos de temor de los niños y los de auxilio del padre.
Hasta medio centenar de efectivos participaron en el rescate, empleándose a fondo y haciendo una cadena humana para poner a todos a salvo.
Tras liberarles, los menores permanecían aterrados, llorando. Sus nervios solo fueron paliados con el aplauso de los rescatadores, que solventaron una situación de muy elevado riesgo.
El caso es solo un ejemplo de la complicadísima noche que han tenido los servicios de emergencia en Mallorca. En total, más de 50 personas han quedado atrapadas y aisladas en albergues y casas al norte de la isla. No solo por la nieve. Árboles y rocas han cortado varias carreteras. Prueba de ello son las palmeras de 15 metros que han quedado en el suelo en Cala Millor.
Hoy, por su parte, el mar empieza a calmarse en la isla después de horas que han alcanzado los 10 metros. Ha caído tanta agua que la rotura de varias tuberías han provocado también un enorme socavón de 8 metros de diámetro en la avenida de Comte Sallent de Palma.
Ahora, el temporal viaja a Menorca. Hay varias alertas, sobre todo por vientos de más de 80 kilómetros por hora.