Una de las salas de una residencia de ancianos en Tenerife se ha transformado para volver al pasado. En ella, los residentes reviven sus recuerdos en un entorno de otros tiempos, entre muebles y objetos de aquellas primeras décadas del siglo XX que evocan su infancia y su juventud.
Denominada ‘sala de reminiscencia’, tal como explica Ana Díaz, directora de la residencia tinerfeña Amavir Tejina, en ella “se fomenta el recuerdo de las personas mayores” entre todo tipo de elementos que evocan historias.
Así, por ejemplo, María, una de las residentes, expresa su emoción al haber visto una vieja máquina de coser y una cámara: “Yo cosía y hago unas cosas muy bonitas. Y tenía una máquina de grabar con la que grabábamos mi marido y yo”, explica.
También Bárbara, otra residente, recuerda sus primeros años de casada tras ver una cama de otro tiempo: “Me la regaló mi esposo porque yo era una soltera un poco pobre”, dice, sonriendo ante las cámaras.
En la ‘sala de reminiscencia’, entre innegociables sorbos de café, el pasado se cuela en sus conversaciones: “Mejor que en mi casa”, explican, evidenciando el éxito de esta iniciativa.
“Empiezan a revivir y se emocionan”, cuenta una trabajadora, mientras la directora explica que todo ayuda a que “esa parte cognitiva” se active y esté “un poco más presente”.
De este modo, a través de una actividad positiva, rescatan lo vivido y lo comparten entre risas e imágenes que van más allá del blanco y negro.