Yasin Kanza, el hombre identificado como autor del ataque Algeciras en el que acabó con la vida de un sacristán, dejando también a varias personas heridas, ha vuelto a insistir, –en el examen psiquiátrico que le ha practicado este jueves el cuadro médico de la Audiencia Nacional– en que “veía diablos”.
Así lo ha señalado tras el análisis forense, que fue acordado por el juez instructor de la causa, Joaquín Gadea, a los efectos de informar sobre si el sujeto es imputable o no.
En su resolución, el magistrado, –que decretó para él prisión provisional sin fianza, atribuyéndoles los delitos de asesinato y lesiones con fines terroristas–, indicaba que ese reconocimiento forense se debía hacer con pleno respeto al derecho de defensa del detenido y con su previo consentimiento.
Según fuentes jurídicas citadas por Europa Press, Yasin Kanza, desde que fuera detenido tras los sucesos del 25 de enero, no ha podido ponerse en contacto con su familia y, al carecer de dinero, sigue vistiendo el mismo chándal con el que fue puesto a disposición del juez.
Esta semana, el magistrado de la Audiencia Nacional ha acordado ampliar un mes más el secreto de las investigaciones, y que tanto si el dictamen de los médicos señala que es inimputable como si no, se espera que no tenga ningún efecto inmediato en la situación del preso.
En este contexto, el presunto yihadista, tras el examen forense, habría pedido seguir hablando con los médicos. Al parecer, considera que ha sido insuficiente el tiempo que le han dedicado, según indican las citadas fuentes, que afirman que también ha expresado que lo que quiere es salir en libertad.
Fue el pasado 25 de enero cuando Yasin Kanza sembró el pánico en Algeciras. Machete en mano, y tras parar primero en una parroquia próxima a su residencia, en la que hirió a un párroco, continuó atemorizando a todos los que se encontraba hasta llegar a la iglesia de Nuestra Señora de La Palma, ubicada a unos 200 metros del otro templo.
Fua aquí donde se encontró con el sacristán Diego Valencia, muy querido en la zona, al que asesinó cuando abandonaba el lugar por una puerta trasera.
Tras varias acometidas contra él, llegando a herirle, el sacristán intentó huir. Fue entonces cuando, ya en la calle, volvió a alcanzarle. "Una vez que se encuentra en el centro de esa plaza es alcanzado por el atacante quien una vez que le tiene en el suelo, sujeta la catana con ambas manos y, alzando la mirada al cielo y gritando unas palabras en árabe entre las que se escucha la palabra "allah", le asesta una última estocada mortal", recogía el auto, describiendo lo ocurrido.
Tras ello, Yasin Kanza fue detenido y, tras escuchar su declaración, el juez Gadea decretó prisión provisional sin fianza, y le atribuyó los delitos de asesinato y lesiones con fines terroristas, advirtiendo que podría conllevar para él la prisión permanente revisable.
Entonces, recalcó que se podía calificar como un ataque yihadista dirigido tanto contra sacerdotes que profesan la fe de la Iglesia Católica como contra musulmanes que para el investigado no siguen los preceptos del Corán.
Si bien interesó un informe forense psiquiátrico para saber si está en condiciones de ser investigado, previamente había sostenido que las acciones violentas las realizó para producir de manera consciente e intencionadamente el mayor daño posible, manteniendo en todo momento el control de la situación.
De este modo, en su auto hizo constar que en las dos declaraciones que ha prestado Yasin Kanza, ante la policía y en el juzgado, salvo algunas contradicciones sobre elementos periféricos del relato, era capaz de reproducir en esencia los aspectos más importantes de su acción.
En este sentido, relataba en su escrito que la conducta del investigado fue consciente y que tenía definidos sus objetivos. Teniendo la opción de causar unos daños mayores, focalizó su acción concretamente sobre los sujetos a quienes atacó, a los que eligió de forma deliberada.
Sobre ello, explicaba que la primera de las acciones fue contra los sacerdotes, reconociendo que su intención era matar a todos los sacerdotes que se encontraban en la iglesia. En segundo lugar, indicaba el magistrado, centró su ataque contra un marroquí al que consideraba infiel, al creer que estaba ante un marroquí converso, por no practicar la auténtica religión, y al que agredió con intención de matarle.
Por todo ello, el magistrado consideró que el detenido se identificaba con un perfil de terrorista autoadoctrinado, que actuó de modo individual y no vinculado directamente con una organización terrorista en concreto, pero que, en definitiva, lleva a cabo su acción en nombre del fenómeno yihadista al que tantos se adhieren de forma remota, generando un ataque violento que causa terror en la sociedad y desestabiliza la paz social.
La Policía Nacional, por su parte, señaló que Yasin Kanza presenta un “perfil inestable”, radicalizándose de forma exprés en el último mes.
De 25 años, al marroquí se le intervino en el registro practicado en su vivienda "diferentes dispositivos electrónicos que actualmente están siendo analizados, diversa documentación y la funda del arma blanca utilizada en el atentado".
"Según los investigadores se trataría de un perfil inestable cuya autoradicalización se habría producido de forma acelerada en un corto periodo de tiempo", indicaban las autoridades.