La Policía libera en Barajas a una mujer encerrada y maltratada cuatro días por su pareja en casa

La imagen del candado en la puerta da escalofríos. Así era tratada una mujer en una casa de Barajas. Encerrado, con el miedo en el cuerpo, incapaz de pedir ayuda por miedo a las represalias. Agentes de la Policía Nacional han liberado a una mujer que llevaba retenida desde hacía cuatro días por su expareja en una vivienda del barrio madrileño de Barajas con varias ventanas tapadas y dos puertas cerradas con candados. La mujer, peruana de 46 años era retenida por el hombre de 42 años sobre el que pesaba una orden de alejamiento de la mujer.

La hermana de la víctima, que llevaba varios días sin saber de ella, fue la que alertó a la Policía, ya que tenía conocimiento de la situación de malos tratos que estaba viviendo, según ha informado la Jefatura Superior de Policía.

La mujer fue encontrada encerrada con un ataque de nervios

En una de las habitaciones del inmueble, los policías localizaron a la víctima, que estaba encerrada en estado de shock y presentaba hematomas por distintas partes del cuerpo.

La investigación se inició cuando un agente de la Policía Local de Candeleda (Ávila) contactó con el CIMACC 091 para informar de que una víctima de violencia de género podría estar siendo retenida en una vivienda de Madrid, todo ello después de que la voz de alarma la hubiera dado la hermana de la víctima, residente en el extranjero, quien tras no poder contactar con ella y al tener conocimiento de la orden de alejamiento que existía, decidió dar aviso a la Policía.

Los agentes de Policía Nacional obtuvieron una dirección aproximada del lugar donde podría situarse la vivienda y comenzaron la búsqueda en una zona de difícil acceso. Finalmente encontraron, en un callejón sin salida, un inmueble que aparentemente estaba abandonado, con ventanas tapadas, pero que presentaba algunos signos de estar habitado.

Tras llamar en repetidas ocasiones y no recibir respuesta, los agentes escucharon ruidos que procedían del interior, después de lo cual abrió la puerta un varón que reconoció haber mantenido una relación sentimental con la mujer que estaban buscando, si bien aseguró que llevaba más de un mes sin saber de ella.

Sus relatos contradictorios y la existencia de dos puertas cerradas con candados llamó la atención de los agentes, que ante un leve ruido procedente de una de esas habitaciones sospecharon que podría haber alguien en su interior.

Finalmente pudieron comprobar que se trataba de su expareja, a la que encontraron visiblemente alterada y con hematomas en el rostro. La víctima se encontraba atemorizada, por lo que a pesar de escuchar a los policías en el pasillo, no pidió auxilio por miedo a las posibles represalias de su expareja. Una de las razones esta que sigue estando detrás de la falta de las denuncias de las mujeres maltratadas.

Tras su liberación, llevada a cabo en menos de una hora desde que se recibió el aviso, la mujer fue asistida por los servicios de emergencia a causa de las lesiones que presentaba, mientras que el varón fue detenido como presunto autor de los delitos de malos tratos, quebrantamiento de condena y un delito de detención ilegal pasando posteriormente a disposición judicial. El magistrado ordenó su ingreso en prisión.

Iniciativas en marcha contra los casos de violencia de género, que no cesan

Los casos de violencia de género no cesan. Ante esta perspectiva, la Fiscalía ha llamado a los fiscales a reclamar mayor protección para las víctimas de violencia de género porque, según les ha recordado, el sistema de valoración de riesgo VioGén, "no siempre es suficiente". En este sentido, la fiscal Teresa Peramato ha apostado por pedir pulseras telemáticas cuando no se dicte prisión provisional, si hay riesgo alto para la víctima.

El protocolo que Interior quiere sacar adelante, ante el doloroso goteo de crímenes machistas, tendrá que salvar el choque de dos derechos: el de intimidad y reinserción del hombre/maltratador y el de la integridad de la vida de la mujer/víctima. Por eso no se podrá hacer de manera automática y generalizada. Solo si se valora que hay un riesgo para la vida de la víctima se podrá comunicar a la mujer que su conviviente tiene antecedentes