¿Dónde está el origen del problema de la sanidad pública, en la falta de médicos? Si es así, ¿de quién es la culpa de que no haya suficientes profesionales en España, un país donde la sanidad es una de las competencias transferidas a las comunidades autónomas?
La multitud de actores implicados dificulta la respuesta y convierte a la sanidad en el arma arrojadiza perfecta en un año electoral. Las protestas en Madrid han sido multitudinarias, aunque las reivindicaciones del sector se repiten en otros lugares de España. Entonces, ¿tiene razón el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, cuando descarga de responsabilidad a Ayuso y acusa al Gobierno central porque no crea plazas de médicos? ¿Tiene sentido la petición de Castilla y León instando a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, a que convoque un pleno del Consejo Interterritorial de Salud para abordar la escasez de médicos desde un ámbito nacional?
NIUS pregunta a los profesionales sanitarios y su respuesta es clara: no es que falten médicos, lo que faltan son condiciones laborales aceptables que eviten que los profesionales se vayan al sistema privado o a otros países del entorno que ofertan mejores condiciones.
¿De quién es la culpa? Según Víctor Pedrera, vicesecretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), las condiciones laborales y retributivas dependen de las comunidades autónomas. La planificación y la legislación, del Ministerio de Sanidad. Así que la responsabilidad es compartida, señala. "Entre todos la mataron y ella sola se murió", coinciden apelando al refranero los expertos consultados.
No se puede limitar la responsabilidad de un problema como este a un solo actor, asegura Antonio Fernández Pro, presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). “La situación actual es consecuencia de décadas en las que se ha ido avisando que faltaban profesionales, aunque aumentaba la presión asistencial, y la atención primaria es la gran maltratada”, subraya el doctor.
"Llevamos diciendo lo mismo desde hace años, pero nadie nos escucha y ahora, con la pandemia, la situación ha estallado”, señala también Víctor Pedrera. El problema no es que falten facultades de Medicina, lo que ocurre, consideran los expertos, es que el sistema MIR no se ha planificado bien en los últimos 10-20 años, hay miles de médicos graduados, pero faltan médicos especializados. "Los nuevos que van saliendo ni tan siquiera suplen las jubilaciones", destaca.
En todo caso, añade Antonio Fernández Pro, no vale solo con anunciar la creación de plazas MIR, esas plazas de especialización médica requieren una estructura formativa y de tutorización que ahora mismo está al 100%. Cada vez hay menos médicos dispuestos a ser tutores de los futuros especialistas ya que eso implica una dedicación extra sin reconocimiento de ningún tipo.
El sistema, señalan los médicos consultados, tiene un cuello de botella con las plazas MIR y un agujero con la fuga de profesionales. Médicos que se marchan no ya solo al extranjero, también a otras comunidades vecinas y a la sanidad privada, en busca de contratos más estables y mejor retribuidos. "Durante muchos años se ha estado jugando con contratos basura y los políticos no parece que se hayan tomado muy en serio el problema, pero al final quien paga las consecuencias es el ciudadano", asevera el presidente de SEMG. En resumen, tal y como indican los profesionales, el problema viene de lejos por:
Por ello, hay que cortar la fuga de profesionales "como sea" e intentar atraer a los profesionales que se han ido, indica Antonio Fernández Pro. Hay que mejorar los escenarios laborales y eso, que es tan fácil decirlo, lleva un presupuesto detrás. "La respuesta económica no es la única, pero sí es la imprescindible porque presupuestos escasos y profesionales maltratados son el denominador común en todas las comunidades, independientemente del color político", indica el presidente de la SEMG.
La sanidad se utiliza “como arma política arrojadiza”, pero más allá de los "manejos políticos de unos y otros", esto es un problema estructural del sistema sanitario, coinciden los especialistas. Por eso “requiere de un pacto de estado” en el cual se aborde lo que se tiene, el servicio que se pretende dar y las condiciones para mantenerlo, contando para su elaboración con las distintas administraciones implicadas y también con los médicos, argumenta Víctor Pedrera, vicesecretario general de CESM.
¿Podría ser un modelo mixto privatizado una alternativa? "Si esa es la intención deberían decirlo y no engañar al ciudadano porque ¿conoce alguna empresa privada que no busque beneficio?, pregunta el presidente de la SEMG.
En el Ministerio de Sanidad no niegan el problema. De hecho, fuentes del departamento de Carolina Darias aseguran a NIUS que se está siguiendo una hoja de ruta para "revertir los recortes de plazas en el pasado y situaciones que han llevado al estado actual". En Sanidad, señalan dichas fuentes, no solo hay que gestionar, sino que hay que planificar, y es lo que está haciendo "este Gobierno de progreso, comprometido con la mejora de cada una de las capacidades del Sistema Nacional de Salud". Por ello, aseguran, se están acometiendo una serie de reformas en Recursos Humanos para mejorar las condiciones de los profesionales sanitarios. Una hoja de ruta que pasa por:
Además, tal y como explicó el lunes la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aunque el Gobierno tampoco tiene la competencia de Educación, ha dispuesto una partida de 52 millones de euros destinada a las universidades públicas para que amplíen las plazas de Medicina en un 15% y así se pueda hacer frente a la “jubilación masiva” de médicos en los próximos años. Una apuesta que, subrayan fuentes del Ejecutivo, demuestra "el compromiso y la determinación de este Gobierno para revertir los recortes de plazas en la época del PP".