Día de Internet Segura: los riesgos de padres exhibicionistas y menores sobreexpuestos

Una internet segura, día que celebramos este 7 de febrero, es cada vez más difícil en este mundo, en el que lo físico y lo virtual viven una simbiosis confusa y parecen la misma cosa. Muchos se confunden y creen que la redes sociales son un patio de vecinos, donde cuentan su vida, sus intimidades, padres que publican fotos de sus hijos menores, como una pista que se puede seguir y convertirse en una verdadera trampa, porque "internet no es un juguete", como subraya Diana Díaz, directora de las Líneas de Ayuda, de la Fundación ANAR.

Los expertos lo llaman la huella digital y esto de decir si nos vamos de vacaciones y dejar nuestra datos personales a la vista de todos en las redes está bien alejado de una internet segura, la frontera a la que aspiramos para prevenir los riesgos que nos acechan en un escenario en que ignoramos qué o quiénes se esconden detrás de un avatar sonriente.

"Adicción, pedofilia, pornografía infantil, grooming, suplantación de identidad" son algunos de los riesgos que enumera esta especialista, sobre esta vida virtual contada al detalle en internet. Y esto ocurre ya "a partir de los 10 años, porque a edades muy tempranas vuelcan en internet datos de carácter personal, dan información que los hace localizables y los convierte en posibles víctimas".

Diana Díaz apunta directamente a padres y madres a los que insta a "actualizarse" en materia tecnológica, porque es decisiva "la implicación de los familiares en el hogar en educar a nuestros hijos en la tecnología."

Marcar una edad para darle un teléfono móvil es muy delicado. Nosotros consideramos que hasta que nuestro hijo o hija no tenga la suficiente madurez no debería tener una herramienta tan potente que los contacta con esos riesgos del exterior

"La tecnología es una ventaja, que implica riesgos", advierte la especialista de la Fundación ANAR, y los menores de edad no tienen perspectiva de riesgo, no van a saber en un principio autorregularse y los responsables son los padres y las madres los que tenemos que guiarles" para que sean conscientes de que "los mismos peligros que existen en la calle están en internet".

Los padres no pueden estar a espaldas de lo que hacen sus hijos en redes, con quién hablan y se relacionan. "El móvil no es privado para los menores. Tiene que haber una negociación sobre el uso de los dispositivos y de internet; los padres tienen que tener acceso a sus claves, usar el control parental, marcar los horarios, el tiempo, regular los contenidos" a fin de evitar que consuman contenidos violentos, pornográficos, xenófobos.

La tecnología y la edad: "ya regalan teléfonos móviles por la Primera Comunión"

Los móviles, los tablets son objetos de uso diario, pero no hay que olvidar que "son una herramienta muy potente" que trae consigo riesgos, sobre todo para "las personas que sean más vulnerables", niños, adolescentes que "no han vivido ninguna experiencia en el mundo presencial" y no tienen la capacidad para detectar cualquier amenaza, explica esta experta de la Fundación ANAR que remite al Contrato del buen uso del móvil.

Los estudios revelan que estos dispositivos empiezan a estar en manos de los más jóvenes en edades cada vez más tempranas, incluso se han convertido en "los regalos de cumpleaños y comuniones". ¿Pero cuándo sería la edad más adecuada para dar a nuestros hijos un teléfono móvil?

"Marcar una edad para darle un teléfono móvil es muy delicado, porque cada niño y niña es distinto, y hay que hacer una evaluación. Debido a la cantidad de riesgos que implica, nosotros consideramos que hasta que nuestro hijo o hija no tenga la suficiente madurez no debería tener una herramienta tan potente que los contacta con esos riesgos del exterior".

Cómo saber si mi hijo está en condiciones de tener un móvil con seguridad

Para Diana Díaz, que cada día escucha a cientos de familias y de menores, considera que lo primero que tiene que hacer un padre antes de dar un móvil a su hijo es preguntarse "para qué lo quiere, qué uso quiere hacer."

¿Tiene "en el mundo presencial mi hijo una buena red de apoyo, se desenvuelve adecuadamente, comparte ocio con otras personas, cuánto tiempo destina a sus relaciones sociales y sobre todo, subraya, ha tenido algún problema previo en su día a día que lo podría hacer vulnerable?

Todas estas preguntas van a servir para puedan evaluar el grado de madurez. ¿Dejarías a solo a tu hijo en la calle? ¿Le dejaría las llaves para andar por la calle con solvencia? si las respuestas son 'no' es que quizá hay que esperar y resolver antes aspectos, como "fortalecer a nivel de autoestima, las habilidades", cuestiones que atañen a los padres y madres. Y señala que no es poner en sus manos un móvil sin más: "cuando les entrego un dispositivo les tengo que acompañar en esas primeras etapas para que aprendan a autorregularse."

Padres exhibicionistas en redes

Los adultos no estamos exentos de caer en el embrujo "fascinante" del desarrollo tecnológico que ha vivido la sociedad en los últimos años, una influencia que "nos ha superado a todos, adultos, menores de edad y con el confinamiento todavía más."

Los padres tampoco "hemos sido del todo consciente de los riesgos" y "sí más de las ventajas, de las virtudes, del acceso a un mundo fascinante" sin considerar que internet también "encierra peligros".

Y así vemos millones de fotos colgadas por padres "orgullosos" del hijo que esperan o de las 'hazañas' infantiles y "lo encontramos divertido, gracioso y es normal", pero toda está información privada "da muchos datos. ¡Es muy arriesgado confundir la vida privada con la pública!."

Lo importante es saber que esta sobreexposición de menores en internet, puede tener "consecuencias gravísimas en la vida de nuestros hijos", porque cuando dejamos "la vida de mi hijo expuesta a desconocidos puede hacerlos víctimas de delitos o incluso objeto de burlas. Exponerlo a personas que les puedan hacer daño, ante pederastas".

Cuando los menores pierden su intimidad y su privacidad a manos de sus padres ignoran que al final se está "generando una huella digital, que después es incontrolable, que va a quedar ahí... y a lo mejor esa no es la lección que quiero transmitir a mis hijos. Hay que transmitir una cultura de la privacidad".