Bar 'El Mudo': El local de Pepe y Esperanza, sordomudos, donde no falta la conversación

A pesar de no poder hablar ni escuchar, Pepe y Esperanza se han ganado el cariño de sus clientes. Ambos son sordomudos, una patología que en 30 años afectará a una de cada tres personas. Juntos, abrieron hace 54 años un bar en Mairena de Aljarafe, Sevilla: 'El Mudo'. Ahora, después de su jubilación, ven como su legado están en buenas manos. En las de sus tres hijos: Pepe, Mercedes y Carmen. Pepe y Esperanza son conocidos por su acento, pero no en su habla, sino el acento de su personalidad, de carácter único, indómito e intransferible.

A pesar de sus problemas comunicativos, Pepe y su mujer no dejan sin atender a ninguno de sus clientes. Para ello, elaboró una serie de códigos que siguen todos aquellos vecinos que acuden frecuentemente a su templo de culto. Allí, la comanda se apunta con tiza sobre la barra a base de códigos, las cervezas se piden en lengua de signos -cruzando los dedos pulgar e índice en cruz- y la gente se limpia las manos con papel higiénico en vez de servilletas tras probar las típicas gambas cocidas que se ofrecen en el local.

Pepe y Esperanza, sacaron adelante su negocio hostelero a pesar de ser sordomudos

Para otra persona, ser sordo habría sido una barrera irreconciliable con las artes del servicio hostelero. Pero con dibujos, signos y muchas ganas de trabajar, Pepe y Esperanza se instalaron detrás de la barra de su bar. Allí, rápidamente los clientes se acostumbraron demostrando que la comunicación no verbal también es una forma de habla. Para facilitar las comandas, diseñaron un sistema a base de códigos. "El 1 las gambas, el 2 los langostinos, el 3 las chuletas" y con un simple gesto de dedos, "el cliente indicaba la ración que quería", asegura Pepe Martínez, hijo de Pepe y Esperanza.

Además, también les otorgaba una conversación con los clientes de forma improvisada. "Él a mí me entiende, creo que me lee los labios", asegura un cliente de el bar 'El Mudo'. Los clientes de este bar valoran mucho la autenticidad que se respira en el lugar, y el hecho de que ya se haya convertido en un verdadero clásico de la zona, es parada obligatoria para muchos de los turistas que visitan la provincia de Sevilla.  Tan grande es el reconocimiento que tiene entre sus paisanos, que hasta le han dedicado a Pepe una rotonda en el pueblo y han rebautizado el pueblo -coloquialmente- como "Mairena del Mudo".