Froilán vuelve a estar en el centro de la polémica. La última vez que se hablaba del sobrino del Rey Felipe era por una pelea a navajazos a la salida de una céntrica y exclusiva discoteca de Madrid en la que el joven de 24 años estaba involucrado. Ahora, la Policía Municipal de Madrid desalojaron el pasado domingo un 'after clandestino' en el que se sobrepasaba el aforo del local, había menores y personas armadas con armas blancas, y en el que se encontraba Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Marichalar y Borbón.
Su madre, la infanta Elena, para evitar estas situaciones, que lo ponen en el foco de las cámaras, decidió mandarlo a Abu Dabi con su abuelo, el rey emérito Juan Carlos I. Froilán, se encontraba en la madrugada del pasado domingo de fiesta en un local ubicado en el número 64 de la calle Orense, en el distrito de Tetuán (Madrid). Este recinto actuaba como sala de fiestas y 'after' de forma clandestina, puesto que únicamente tenía licencia para sauna. La barra del establecimiento contaba con su propio DJ y en ella se vendían también bebidas alcohólicas, según el relato de los agentes.
A parte de inclumplir las actividades a las que estaban permitidos por su tipo de licencia, en el local se congregaba a 229 personas, a pesar de que el aforo del lugar era de 99. Según señala Europa Press, que ha contrastado la información recogida por el diario 'El Mundo', agentes de paisano se personaron en el local tras recibir quejas por parte de los vecinos de la zona, que se quejaban del ruido y el continuo trasiego de personas a altas horas de la madrugada.
Tras una primera charla con el gerente del establecimiento, los agentes procedieron a inspeccionar la sala, la cual tenía licencia para actividades de sauna y relajación con barra. Una vez en su interior, comprobaron que en esos momentos el local operaba como sala de fiesta y discoteca, con varios compartimentos reservados que, pese a tener una capacidad para dos personas, albergaban hasta diez y 20 en algunos casos, las cuales se encontraban consumiendo alcohol y fumando cachimbas.
Asimismo, tras el nerviosismo de varios clientes que intentaban huir del lugar, se procedió al cacheo de los asistentes, llevándose la sorpresa de que algunos portaban sustancias estupefacientes. Uno de ellos, incluso, llevaba un cuchillo consigo.
Ante la aglomeración de personas y el riesgo que ello suponía, los agentes procedieron al desalojo de los asistentes, entre los que identificó a varios menores.
A las denuncias formuladas contra el establecimiento por desarrollar un actividad distinta a la que le autorizaba su licencia, así como por la presencia de menores y el exceso del aforo, se han sumado las actas levantadas a los clientes a los que se intervino la droga y el cuchillo.