El malestar de los ciudadanos por el colapso que sufre la Seguridad Social no deja de crecer. Denuncian que hacer cualquier trámite o gestión para recibir prestaciones o algo urgente por necesidad se ha convertido en una auténtica pesadilla; en un reto a la paciencia. Ya el año pasado, hasta cuatro millones de ciudadanos dejaron de ser atendidos por este atasco en la Administración.
Ya sea por teléfono o a través de su página web, lograr una cita se ha convertido en algo prácticamente imposible. Tampoco presencialmente parece ser fácil, como atestigua Lorena, quien se ha tenido que plantar ante las puertas de una sede de la Seguridad Social en Málaga con su bebé de tan solo un mes.
“Es vergonzoso, que haya que salir con el frío que hace con esta criatura y venir aquí”, expresa, harta de no conseguir una cita por teléfono para cobrar la prestación por maternidad”.
“Estamos llamando a ese teléfono, en el que hay que pagar, que cobran 2 euros y pico por cada llamada…”, cuenta, señalando que no es capaz de conseguir atención.
Tampoco lo ha logrado telefónicamente Juan, quien a sus 80 años la solución que le han dado es que pida la cita por Internet. “No lo entiendo, no sé manejarlo”, cuenta ante las cámaras de Informativos Telecinco, reflejando un problema más al que se enfrentan especialmente a menudo las personas mayores.
Hay tal colapso en la Seguridad Social que para para realizar cualquier trámite hay un retraso de hasta 4 meses. “Eso significa que la gente se desespera en sus casas llamando”, sostiene Martín Lanzas, coordinador estatal UGT de la Seguridad Social.
Ante el malestar de los ciudadanos, los funcionarios, por su parte, se sienten indefensos: “Empujones, malos modos, agresiones verbales”…
Llevan meses saliendo a la calle, como han hecho hoy en Sevilla, para denunciar la falta de personal: “Necesitamos a al menos 13.000 personas que se incorporen para dar un servicio de calidad”, denuncia Lola Panero, secretaria general de la sección sindical estatal CC.OO.
En este contexto, millones de usuarios fueron víctimas del colapso sin ser atendidos el pasado año, y la situación, advierten, puede ir a peor.