Documentación confidencial, historiales médicos con datos personales tirados por el suelo, esta es la realidad que se encuentra en un hospital de Oviedo que lleva abandonado durante casi una década. Un material muy sensible, que su abandono supone un delito, que en el código penal se sanciona con hasta cuatro años de prisión y una importante sanción económica. Pero este no es el único problema que trae consigo el antiguo hospital de la capital asturiana y que tiene en alerta a los vecinos de la ciudad. Es el famoso hobby 'Urbex', ya que muchas personas encuentran inspiración y adrenalina al visitar espacios abandonados como este.
El antiguo hospital de Oviedo está en desuso desde hace 8 años. Durante este tiempo, el edificio se ha ido deteriorando poco a poco, fruto del paso del tiempo y de la delincuencia. En el interior del edificio, se encuentran materiales muy sensibles, con datos comprometidos sobre los antiguos pacientes que recorrían sus pasillos en antaño, como radiografías, direcciones, números de teléfonos, historiales clínicos.
Desde que se cerró y se abandonó el centro médico en 2014 ha estado vigilado por una empresa de seguridad para evitar lo que los vecinos de Oviedo llevan denunciando durante meses. Ahora, tras una huelga de este equipo, el edificio ha quedado desprotegido a merced de los ladrones y delincuentes, quienes lo están invadiendo constantemente.
El complejo del antiguo hospital de Oviedo está sumido en un bucle constante, como en la película del Día de la Marmota de Harold Ramis, por el no ha pasado el tiempo, pero sí decenas de delincuentes. Uno de los grupos que más está recurriendo al delito de allanamiento son jóvenes, quien recorren el interior de las instalaciones sacando fotos y vídeos para posteriormente colgarlos en las redes sociales. El principal problema que existe es que en su interior aún permanecen cientos de archivos con información clasificada, que ahora mismo están a la mano de cualquiera.
Muchos otros invaden el edificio para destrozar el edificio. "Roban los cables de las instalaciones", asegura uno de los vecinos de la zona. En cambio, otros encuentran en las antiguas salas de quirófano el lugar perfecto para hacer botellón, a pesar del estilo "tétrico" que inunda el complejo. Los vecinos piden que las instituciones tomen cartas en el asunto, retiren o eliminen del centro toda la información confidencial y que de una vez por todas cumplan con su promesa: la demolición, que está pactada para este año.