Cada vez son más las personas que tras fallecer dejan en herencia su patrimonio a causas sociales, otros, en cambio, prefieren hacer una donación en vida. Sea de una forma u otra, ese dinero será bien invertido. Recientemente, una pareja catalana, tras la muerte de ambos, ha donado su gran patrimonio, que alcanza los varios millones de euros, al hospital y la residencia del pueblo donde crecieron, Puigcerdá. Esta es una pequeña localidad de poco más de ocho mil habitantes situada en la región de Cerdenya, pegada a la frontera francesa en los pirineos.
Joan Bonada y Núria Enrich nacieron en este pequeño pueblo catalán, allí se conocieron, pero debido a las dificultades económicas posteriores a la Guerra Civil Española, se vieron obligados a emigrar a Venezuela. Allí montaron su propia empresa, que les dio sendos frutos. Sin hijos a quienes dejarles su gran patrimonio decidieron donarlo al hospital y la residencia de Cerdenya. Una dinero que ha sido recibido como "agua bendita" y que será bien invertido, llenando de orgullo y gratitud a los vecinos de la localidad. Así como a sus familiares: "estamos muy orgullosos", ha señalado uno de los sobrinos de Joan y Núria, lo único que esperan del dinero es que se utilice para mejorar los servicios del hospital, como les hubiese gustado a sus tíos.
En total, los antiguos vecinos de Puigcerdá han dejado el 75 % de su herencia en la localidad, un total de 7,3 millones de euros, que serán divididos en 3,9 millones para el Hospital de Cerdenya y 3,4 para la residencia, siguiendo los últimos deseos del matrimonio fallecido. Ahora el centro médico estudia en que invertir el dinero, que ha caído como "agua bendita", lo que tienen claro es que será para algo que "perdure en el tiempo", descartando el usual método de "tapar agujeros".
Bonada, falleció el pasado 2021 a causa de contraer el coronavirus. Su mujer, Núria, lo hizo el pasado mes de agosto, según señala el diario El Español. Pero no ha sido hasta la apertura del testamento cuándo se ha conocido el destino final de la herencia. En homenaje a ellos, el Hospital de Cerdanya ha instalado una placa conmemorativa para que jamás se olvide el gran gesto que tuvieron los vecinos ceretanos con el resto del pueblo.