Este martes se cumplen tres meses de la desaparición de Natalia Hernández Martínez, más conocida como Nati. La joven madrileña de 34 años, que llevaba en torno a un año viviendo en Tenerife, viajó hasta La Palma para cambiar de aires y comenzar un nuevo empleo, pero su rastro se perdió el 24 de octubre en el mismo aeropuerto de la Isla Bonita. Las cámaras de vigilancia determinaron que aterrizó, pero no recogió su equipaje en la cinta transportadora y nadie ha vuelto a saber nada de ella.
La desaparición es todo un misterio. Las autoridades canarias manejan como principal hipótesis una desaparición voluntaria, pero la familia la descarta por completo. Aseguran que, a pesar de que había superado una ruptura sentimental recientemente, estaba motivada por la "oportunidad laboral" que se le había presentado en un hotel de Fuencaliente. Allí le garantizaban alojamiento y sueldo. Sin embargo, nunca llegó a presentarse, como estaba previsto. El presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, también descarta una desaparición por voluntad propia: "Sucedió algo. La isla es pequeña y, en tanto tiempo, de una forma u otra, se hubiera localizado. Algo ha tenido que pasar y tiene que haber terceras personas", ha explicado este martes en Informativos Telecinco.
Natalia mide 1,68 metros de altura y es de complexión delgada, pesa unos 50 kilos. Tiene el pelo liso y rubio y los ojos azules. Lleva un tatuaje que le cubre desde el hombro derecho hasta la mitad de la espalda y un piercing en la nariz. El día de su desaparición vestía un pantalón y un abrigo oscuro y calzado deportivo de color rosa:
La desaparición de Natalia Hernández está siendo investigada por Guardia Civil y el Equipo Territorial de Policía Judicial de Los Llanos de Aridane. El caso se encuentra bajo secreto de sumario, según fuentes locales. Su entorno asegura que, de haber sido una desaparición voluntaria, la joven habría dado señales de vida. Además, afirman que "no se han registrado movimientos bancarios con su tarjeta" desde entonces.
La investigación no descarta otras hipótesis como la desaparición forzosa, un secuestro. Nati viajó el 24 de octubre desde uno de los aeropuertos de Tenerife hasta el Aeropuerto de La Palma (SPC), ubicado en el municipio de Villa de Mazo. La joven, según algunos informes, tenía un contrato firmado en un hotel de Fuencaliente, un municipio apartado de esta zona, pero su rastro se perdió en el aeródromo. Se ha barajado la posibilidad de que saliera en barco o que tomara otro vuelo, pero es improbable: "No pudo salir de la isla, habría registros, ya sea del avión o del buque", precisa Joaquín Amills en este sentido.
El presidente de SOS Desaparecidos afirma que "sucedió algo". "El hecho de no recoger el equipaje es significativo. Es señal de que tenía prisa por algo, de que había quedado con alguien o de que alguien le estaba metiendo prisa". La última novedad en el caso son unas imágenes de baja calidad en las que "apenas se distingue si es ella o no, ya que la persona lleva mascarilla". Estos documentos fueron recogidos por las cámaras de seguridad del interior del recinto. La familia duda de si se trataba de Nati, pero la Guardia Civil sostiene que sí es la joven madrileña. Otro dato a tener en cuenta es que "en el exterior del aeropuerto no se la grabó", según confirma Joaquín Amills. Al parecer, las cámaras no funcionaban. No se puede confirmar que llegara a salir.
Respecto a su teléfono móvil, hay varios informes al respecto. Algunas fuentes apuntan a que Nati dejó su teléfono móvil en Tenerife con la intención de comprar otro a su llegada, mientras que otras indican que se le bloqueó el dispositivo antes de despegar, quiso reiniciarlo y ya no lo hizo. Lo que está claro es que, una vez aterrizó en La Palma, no volvió a avisar a sus amigos, familiares o allegados. Además, como decíamos, no ha vuelto a usar su tarjeta bancaria. Su familia pide una investigación más exhaustiva y que se les informe de las novedades, ya que solo han recibido una llamada de la Guardia Civil para comunicarles que estaba en paradero desconocido. Se hicieron batidas en noviembre por la localidad de Villa de Mazo con la colaboración de vecinos, pero sin resultado. Los que conocen a Nati aseguran que es imposible que se haya ido queriendo y que no les haya vuelto a hablar en tres meses.
En el caso de que Nati hubiera salido del aeropuerto, estas serían las posibles rutas para ir desde allí hasta Fuencaliente.
La familia de la joven asegura que las autoridades no les comunicaron el momento en el que revisaron el equipaje de Nati. Dicen que, de haberse puesto en contacto, podrían haber ayudado a descartar posibles pistas. Conocieron la información de la maleta gracias a una familiar, a la que los agentes explicaron que en el interior solo había ropa, no había nada relevante para el caso. Todo sigue siendo un misterio.