Un militar de 39 años ha sido condenado a dos años de cárcel por la audiencia de Jaén por agredir sexualmente a la hija de la que fuera su pareja, cuando la niña tenía entre siete y nueve años. En concreto, se le condena por un delito continuado de agresión sexual.
Aunque inicialmente el Ministerio Fiscal y la acusación particular calificaron los hechos como un delito continuado de abuso sexual por el que le reclamaban cinco años y medio de cárcel, el tribunal ha aplicado la Ley conocida como 'sólo sí es sí' y lo condena por un delito continuado de agresión sexual a dos años de prisión por considerar que "los ataques a la indemnidad sexual de la menor fueron de carácter fugaz y por encima de la ropa".
Además de la pena de prisión, la sentencia, a la que ha accedido Europa Press a través del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), le impone cinco años de libertad vigilada, inhabilitación especial para cualquier profesión u oficio directo con menores de edad por un tiempo de seis años y cinco años de prohibición de comunicarse y acercarse a la víctima, a la que deberá indemnizar en 6.000 euros.
La sentencia recoge que la menor tenía entre siete y nueve años en el momento de producirse los hechos y que los actos descritos por la menor "suponen un inequívoco contenido sexual y atentan contra la integridad sexual de la menor".
Subraya el tribunal que el relato de los hechos realizado por la víctima desde el inicio de la instrucción "ha sido esencialmente persistente" y que "la falta de concreción espacio-temporal de los distintos episodios no resta un ápice a la persistencia en la incriminación".
El ahora condenado ya fue juzgado en octubre de 2022 por la misma sección de la Audiencia de Jaén tras ser acusado de violar a su prima hermana desde que esta tenía nueve años y durante siete años consecutivos. En esta causa resultó absuelto, aunque la sentencia se encuentra actualmente recurrida en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
En la nueva causa juzgada en la Audiencia de Jaén el pasado 20 de diciembre, la menor declaró por videoconferencia y relató que cuando su madre mantenía relaciones con el acusado, con quien tiene un hijo, la sometió hasta en dos ocasiones a diversos tocamientos de índole sexual.
Declaró que en un primer momento se lo contó a sus amigas, pero finalmente acabó contándoselo a los abuelos paternos que fueron los que finalmente destaparon el supuesto caso ante los padres, como primer paso a la interposición de la correspondiente denuncia en diciembre de 2020.
"No quería quedarme a solas con él, pero me tenía que quedar", dijo la joven ante el tribunal, al tiempo que reconoció que su relación con el acusado nunca fue buena porque "no me gustaba y lo veía mala persona".
El ahora condenado se defendió en el juicio diciendo que todo era "mentira" y que él nunca se quedó a solas con la pequeña. No obstante, las profesionales de la Fundación Márgenes y Vínculos han declarado como peritos que el testimonio de la menor es "creíble" y que la sintomatología que presentaba la menor en el momento de la exploración psicológica era "compatible con haber sufrido violencia sexual", argumento que comparte el tribunal.
La sentencia no es firme y se puede recurrir en apelación ante el TSJA.