Los dirigentes de Vox han justificado su polémica iniciativa para que los médicos ofrezcan, entre otras cosas, escuchar el latido del embrión a las mujeres que quieren abortar como una medida “para el fomento de la natalidad”.
¿Es de verdad una manera de fomentar la natalidad? La relación entre aborto y natalidad existe, pero los detalles son cruciales, al menos si además de polémicas y guerras culturales se quiere tener resultados. De hecho, en la última década, la reducción continua del número de abortos no está evitando la disminución en las tasas de natalidad.
Para empezar, se trata de decisiones distintas. Una cosa es que una mujer decida tener hijos y otra bien distinta que decida qué hacer con un embarazo que no buscaba. “Más del 20% de los embarazos en España se interrumpe de forma voluntaria. Eso me sugiere que algo que afecte al aborto puede afectar a la natalidad. Pero hay varias decisiones importantes que influyen en si tienes hijos, cuántos y cuándo”, comenta la investigadora de la Universidad Pompeu Fabra Libertad González, que viene estudiando estas cifras desde hace años.
Los datos indican que el acceso al aborto influye en cuándo se tienen los hijos más que en cuántos se tienen. Pasó con la primera ley sobre el aborto en España. Libertad González estudió esta cuestión en un artículo de 2018. “La legalización del aborto en 1985 tuvo un efecto a corto plazo importante porque se redujeron los nacimientos, sobre todo los embarazos no deseados de mujeres jóvenes, pero no tuvo efecto a largo plazo porque luego esas mujeres terminaron teniendo hijos”, explica.
Con esa ley en vigor se incrementaron los abortos, ¿pero qué pasó con la natalidad? Ese año hubo 450.000 nacimientos, la tendencia era a la baja desde hacía una década. Después, en los noventa, con la misma ley, subió hasta alcanzarse los 520.000 nacimientos en 2008, uno de los años con más abortos. Desde entonces, la caída en el número de abortos no compensa el descenso de la natalidad. Por cada aborto menos hay seis nacimientos menos.
¿Qué pasó con la reforma del aborto en 2010 que legalizaba la interrupción voluntaria de cualquier embarazo dentro las 14 primeras semanas? En contra de lo que algunos vaticinaron, no trajo un incremento a largo plazo de los abortos. De estar en torno a los 115.000 se ha pasado a rondar 90.000 anuales. Y a pesar de eso, la natalidad siguió cayendo.
Tampoco parecen influir fenómenos como la pandemia. El año 2020 supuso una reducción drástica de los abortos, con una caída de 11.000 respecto al año anterior. ¿Trajo eso un incremento de la natalidad? No. Tanto en 2020 como en 2021 los nacimientos siguieron a la baja.
Ni alterar las condiciones de acceso al aborto ni convulsiones como el confinamiento hacen que tengamos más hijos. ¿Qué puede hacerlo? Libertad González analizó la experiencia del llamado cheche bebé aprobado en 2007 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Se trató de un pago único de 2.500 euros, una cantidad que entonces multiplicaba por 4,5 el salario mínimo.
“La introducción de esta política llevó a un incremento del 3% en las tasas de nacimientos”, explicaba González en un artículo de 2021. Casi un 1% de ese aumento se debió a un “descenso inmediato de los abortos”, sobre todo en mujeres solteras.
La cancelación de la medida en 2010 también trajo un impacto negativo más acentuado que el de la introducción del cheque, con una caída del 5,5% en los nacimientos. Si la introducción del cheque supuso 0,15 abortos menos al día por cada cien mil mujeres, su retirada trajo 0,37 abortos diarios más por cada cien mil mujeres.
“Una ayuda económica parece que sí puede afectar a la decisión”, explica Libertad González. Se trata de una cuestión que depende más de los recursos económicos y de tiempo disponibles.