Cada gesto que hacemos, cada cosa que usamos tiene su repercusión en agua. Quizá no seamos conscientes pero cualquiera de nuestras actividades diarias la necesita. Ese kilo de carne que guardamos en la nevera, por ejemplo, ha requerido antes 15.000 litros de agua. Un kilo de pollo 4.300 litros, un kilo de chocolate 17.000 litros de agua. Es lo que se conoce como huella hídrica, y de acuerdo con la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) el 70% de la huella hídrica a nivel mundial está relacionada con lo que se come.

Pero también cualquier objeto que usemos nace de un consumo hídrico. Producir unos vaqueros implica un gasto de 10.850 litros, 8.000 unos zapatos. 12.760 fabricar un móvil.

Por eso, para que no olvidemos la importancia de este recurso "precioso y escaso" la Fundación Canal de Isabel II ha organizado una exposición en Madrid con el objetivo de que seamos conscientes de que "Somos Agua", tal y como titula la muestra.

"Toda la vida del planeta depende del agua, pero a pesar de lo que se cree solo disponemos de una pequeña cantidad de agua dulce para todo", explica Manuel Blanco, comisario de la exposición.

Y para aclararlo gráficamente en Somos Agua reproducen el globo terráqueo en maquetas donde se representa el volumen de agua disponible. Tres maquetas de distintos tamaños que muestran el volumen de agua existente en el planeta. Como, aunque el 70% de la superficie de la Tierra está cubierta de agua, más del 97% de ella es salada y apenas el 2,5% es dulce. "Esa pequeña "canica" blanca que se ve junto al globo terráqueo es el volumen del que dependemos que es el 1% de ese 2,5 de agua dulce", comenta el comisario.

La exposición que han montado (hasta el 30 de junio) es así de gráfica y divulgativa. Empezando por una simulación de lluvia se recorre el camino del agua a través de 12 secciones temáticas, donde no solo se ve los distintos usos del agua, también se escucha su sonido en ríos y glaciares o se observa a los distintos organismos vivos que la pueblan.

Para todo ello se han apoyado en instalaciones fotográficas y audiovisuales de gran tamaño, alguna con 6 metros de altura y más de 30 de longitud, entre las que se encuentra el túnel led más largo de Europa donde el visitante parece estar sumergido en el mar.

"La idea es mostrar que tenemos que ser conscientes de la importancia del agua, de todo lo que implica, de lo que se está haciendo y qué se puede hacer para preservar este tesoro del que tanto dependemos", comenta el otro comisario de la exposición Héctor Navarro quien explica que: "Si por ejemplo todos los hombres de España pusieran el tapón en el lavabo a la hora de afeitarse se ahorrarían 2.600 millones de litros de agua al día".

Pequeños gestos que no cuestan nada y aportan mucho.

"Con un grifo termostático (que regula la temperatura del agua) ahorras 13 litros y medio en la ducha, lo que equivale a 91 millones y medio que son 640 millones de litros al día. Pero si cierras la ducha mientras te enjabonas te ahorras 10 litros, unos 67 millones de litros que son 464 millones", añade Blanco.

Por eso en la exposición se muestra la importancia de gestionar bien el agua, tanto a nivel individual como a través de política medioambientales.

"Se ha planteado una exposición en positivo, para que cualquier ciudadano encuentre herramientas que le ayuden a participar en un proyecto tan complejo como es cuidar el agua que tenemos en nuestro planeta y hacer un mundo más sostenible", concluye Navarro.

Porque el agua es un bien escaso y necesario que depende de todos para seguir aportándonos tanto.