“Un medicamento contra los kilos de más”. “El milagro que muchos estaban esperando y que ya es una realidad: Ozempic”. Nada es tan sencillo. Todo es mucho más complejo, pero estos son los mensajes que circulan en las redes sociales y que atribuyen a este tratamiento la pérdida de peso evidente de ciertas celebridades como Kim Kardashian o Elon Musk (el controvertido magnate sí lo ha reconocido abiertamente).
El problema es que Ozempic no fue ideado, en principio, para perder esos kilos de más, sino para tratar un tipo de diabetes; pero ahora, tras comprobar su efecto adelagazante, ha aumentado de forma exponencial su demanda en todo el mundo y los diabéticos están teniendo problemas para encontrarlo. En España ya es, de hecho, uno de los cinco medicamentos que más incidencias de suministro presenta.
“No te lo puedo pedir porque no hay en el almacén, el laboratorio no lo está suministrando”, aseguran a NIUS en una farmacia del centro de Madrid. ¿Pueden verse los diabéticos privados de su tratamiento por una cuestión que, en algunos casos, es meramente estética?
El mensaje que hay que dar es de "tranquilidad y cordura" porque existen alternativas, indica a NIUS Juan Pedro Rísquez, vicepresidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Además, no solo ocurre con el Ozempic, los problemas de suministro con los medicamentos vienen de lejos y se han incrementado en los últimos años, por eso las autoridades comunitarias y españolas están intentando adoptar medidas para solucionarlo, como depender menos de la producción asiática y volver a producir en Europa y en España.
En todo caso, indica Rísquez, el problema de suministro con Ozempic no es continuo. "Puede ser que hoy vaya alguien con su receta médica a la farmacia y lo encuentre sin problema, o puede ser que no y que tenga que esperar unas horas para que se lo traigan de otra farmacia, para eso existe una red de comunicación entre los distintos establecimientos". Incluso en el caso de que tuviera que esperar un par de días para encontrarlo por un mayor pico en la demanda, habría alternativa ya que los problemas de suministro no afectan a todas las presentaciones, asegura Juan Pedro Rísquez. Las más demandadas son las inyecciones de 1 mg, pero también hay de 0.5 o de 0.25 y en esas presentaciones por ahora no hay incidencias. De hecho, en la farmacia consultada de forma aleatoria por NIUS sí disponen de las inyecciones de 0.25, aunque para conseguirlas el paciente tiene que volver a su médico para que le cambie la prescripción. “Todo son complicaciones, lo siento”, indica la farmacéutica.
En el caso de que no hubiera ninguna posibilidad de encontrar Ozempic, existen otros fármacos para tratar la diabetes tipo 2, explica Juan Pedro Rísquez. Medicamentos que no son de última generación, pero que también son eficaces contra la enfermedad. Así lo explican también desde la Aemps, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Los laboratorios todavía no tienen capacidad de fabricación para hacer frente a tanta demanda, por eso se espera que al menos en buena parte de 2023 siga habiendo una distribución controlada, indican fuentes de la agencia a NIUS.
Una distribución controlada que pasa por priorizar el uso según la indicación y que en España se limita a la diabetes tipo 2. En este caso, el coste del medicamento (unos 150 euros al mes) está cubierto por la Seguridad Social. Aunque no faltan las clínicas privadas que lo prescriben para adelgazar. En ese caso, si hay receta médica, el farmacéutico sí que podrá dispensar el medicamento, aunque el usuario tendrá que pagar su precio.
Tal y como reconoce la AEMPS, no solo hay incidencias de suministro con el Ozempic, “también con medicamentos análogos, autorizados para mejorar el control glucémico en adultos con diabetes tipo 2 no suficientemente controlada con dieta y ejercicio".
Ya en octubre, Lilly, farmacéutica comercializadora de Trulicity comunicó la imposibilidad de hacer frente al aumento continuado de la demanda. Asimismo, Novo Nordisk Pharma, representante local de Ozempic informó de una disponibilidad intermitente de este medicamento que se podría mantener durante 2023.
Por ello, la AEMPS, pide a los “prescriptores” que mientras persistan los problemas sustituyan el tratamiento por alguno de los medicamentos disponibles del mismo grupo terapéutico:
Medicamentos que, tal y como explican en la prestigiosa Clínica Mayo, imitan la acción de una hormona llamada péptido similar al glucagón tipo 1, de forma que cuando los niveles de glucosa en la sangre empiezan a subir después de comer, estimulan al cuerpo para producir más insulina y reducir así los niveles de glucosa, controlando la diabetes tipo 2. Fármacos que, según los especialistas, parecen ayudar a controlar el hambre ya que disminuyen el movimiento de los alimentos desde el estómago hacia el intestino delgado. La sensación de saciedad aparece más rápido y dura más, por lo que se come menos.
Los problemas de suministro se irán poco a poco solucionando, así que "tranquilidad y cordura", insiste Juan Pedro Rísquez, vicepresidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, ante la escasez de unos medicamentos que en Estados Unidos ya están autorizados para luchar contra la obesidad, una enfermedad con mayor incidencia que la diabetes tipo 2 y que, ningún caso, debe confundirse con esos kilos de más.