La localidad vallisoletana de Traspinedo no olvida a Esther López, la joven de 35 años que desapareció hace justo un año y que fue localizada sin vida 23 días después en una cuneta. La investigación de las autoridades apunta a que alguien le arrebató la vida, pero el caso sigue sin esclarecerse. Todos siguen recordando a aquella vecina de la "sonrisa eterna" que participaba en múltiples actos y que "hablaba con todo el mundo", según explica en Informativos Telecinco el alcalde del municipio, Javier Fernández.
Esther fue encontrada sin vida el 5 de febrero del año pasado. Desde entonces, Traspinedo ha organizado numerosas concentraciones cada semana en memoria de la joven, pidiendo justicia. "Se sigue con esa incertidumbre de saber qué ocurrió y con la urgencia de que se esclarezca el caso, tanto por el municipio como por su familia, principalmente, que sigue atravesando una situación muy complicada. Ya hace un año que perdimos a nuestra vecina", precisa Javier Fernández.
Traspinedo, "desde el día que sucedió todo hasta ahora", ha vuelto a "recuperar la normalidad", pero "siempre con el recuerdo de Esther en la mayoría de actos y fiestas en las que ella participaba, que se celebran también en su memoria", según explica el regidor de la localidad, que cuenta con unos 1.200 habitantes.
El caso de esta vecina y la trascendencia que ha tenido a nivel nacional ha hecho que la población se vuelque con la familia de la joven, que ha pedido reiteradamente el ingreso en prisión del principal sospechoso, Óscar S. M., quien sigue en libertad. A lo largo de este año se han llegado a ver múltiples mensajes, como en la Plaza la Placilla:
"Más educación + mayores castigos = Menos sufrimiento"
"Provocando dolor y sufrimiento no arreglas nada"
Además de una señal de "stop el maltrato"
El alcalde de Traspinedo asegura que tanto él como los vecinos siguen arropando a la familia de Esther: "Estamos casi a diario en contacto con Inés, su hermana, y con Miguel, su padre. Solemos visitarles para ver qué tal están. En Navidades hemos preferido mantener un poco la distancia, ya que eran fechas especiales y lo habrán vivido de esa forma tan complicada". "La familia, dentro de la situación, que es un poco ya desesperada, siguen con fuerza y esperan que la justicia haga su labor, como también esperamos desde el Ayuntamiento y el municipio. Que todas las investigaciones sigan su cauce", agrega Javier Fernández.
El entorno de la joven se mantiene firme. "Prueba de ello es que este 15 de enero, tras cumplirse el aniversario de la desaparición de Esther, son ellos los que han organizado el acto de homenaje en Valladolid para darle mayor repercusión. Esto significa que están con energía, esperan que se esclarezca todo cuanto antes", señala el también presidente de Traspinedo.
El haber vivido un caso de este calibre "ha marcado un antes y un después" en la localidad. No obstante, el alcalde lo considera un suceso "puntual", ya que "no imaginas que pueda suceder una cosa como esta". En este sentido, "no hay temor a que se pueda repetir algo similar o que se vayan a tomar más precauciones" de las que ya se toman, lo único que quieren tanto los familiares como los vecinos es salir adelante y que "se haga justicia" por Esther.
La joven de 35 años, recuerdan sus vecinos, siempre dio luz al municipio: "Esther era una chica muy maja, siempre tenía la sonrisa en la boca. Era simpática, siempre se la veía hablar con todo el mundo. Creo que nunca la he visto enfadada en mi vida. No es que tuviera una amistad estrecha, pero era conocida y siempre se interesaba por el municipio, participando en muchos actos. Era una joven con mucha alegría en el cuerpo y mucha vida, la verdad", señala el alcalde de Traspinedo.
El principal investigado, Óscar S. M., supuestamente dejó a Esther sola en un cruce en la madrugada del 13 de enero, fue el último en verla con vida. Tras prestar declaración ante las autoridades varias ocasiones, los investigadores han detectado contradicciones en su relato y numerosos puntos a analizar. El agente de viajes nunca residió de continuo en Traspinedo, pero acudía "el fin de semana, en festivos o fiestas". "Por el pueblo, la verdad, es que no se le ha vuelto a ver", sentencia Javier Fernández. El recuerdo de Esther quedará para siempre, al igual que su sonrisa. Todos esperan justicia.