El hombre acusado de matar a puñaladas a su expareja Hayat, de 46 años, el pasado domingo en Adeje, había avisado a varios conocidos a través de un mensaje de Whatsapp de que la mataría aunque ello le costara acabar en la cárcel.
Así se recoge en el auto del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Arona, en el que se decreta prisión provisional sin fianza para este ciudadano marroquí de 44 años al considerar que existen indicios para imputarle tres delitos: homicidio por la muerte de Hayat, malos tratos habituales sobre ella y lesiones graves a uno de sus hijos.
El relato que en el auto hace la magistrada Raquel Gómez Sancho se detalla que el acusado se personó sobre las 23.20 horas en el exterior del domicilio de su expareja, conocedor de que esta finalizaba su turno de recepcionista en un establecimiento turístico.
Cuando la mujer apareció, el acusado, "con una clara finalidad homicida", comenzó a discutir con ella sobre los dos hijos menores de ambos y "de forma sorpresiva" le exhibió un cuchillo de grandes dimensiones, de cerca de 30 centímetros, y le asestó varias puñaladas en el tórax que acabaron con su vida.
Hayat solicitó ayuda al ver el arma blanca y fue auxiliada por uno de sus hijos, que resultó lesionado en una mano por su padrastro al producirse varios cortes en el forcejeo.
Otro hijo ayudó a taponar la herida de su madre mientras su hermano y otros testigos redujeron al agresor.
La juez hace hincapié en que, aparte del arma blanca, fueron intervenidos en la escena del crimen dos guantes de látex y otro entre las pertenencias del detenido, por lo que infiere que "no fue un crimen espontáneo sino premeditado".
Lo fue, según la magistrada, porque esperó a que la víctima llegara a casa, portando guantes "para no dejar huellas" y un arma blanca de grandes dimensiones.
Y también porque el acusado había enviado a algunos contactos suyos un mensaje de WhatsApp en el que avisaba de que acabaría con la vida de su expareja aunque tuviera que acabar en la cárcel, "lo que acredita nuevamente la premeditación" a la hora de cometer "el fatal crimen".
En cuanto a la orden de protección respecto a los hijos de la víctima, que deberá ser decretada por el juzgado que instruya la causa, la magistrada de Violencia sobre la Mujer de Arona fundamenta su pertinencia en una serie de argumentos, entre los que destaca que el acusado es "una persona agresiva que lesionaba y humillaba con frecuencia a la víctima y a sus hijos".
Según el recuento de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, Hayat es la víctima mortal número 85 de la violencia machista en Canarias desde que hay estadísticas.
Tras esa cifra, hay 79 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas desde 2003 y seis niños que perdieron la vida por actos dirigidos a hacer daño a sus madres (violencia vicaria). En este último caso, la estadística comienza en 2013.