Año nuevo, propósito nuevo. Y mover el cuerpo en el gimnasio para rebajar los excesos de la Navidad o encontrar el amor son siempre de los más nombrados, así como poner en práctica dotes o sueños escondidos. También nos solemos marcar el objetivo de terminar con eso que se nos resiste, conocer nuevos lugares y probar nuevas aficiones.
Y aunque solo un ocho por ciento de los propósitos se cumplen, seguro que merece la pena intentarlo, si de lo que se trata es de recibir con una sonrisa y nuevos retos al año que empezamos a vivir.