La capilla ardiente para venerar al Papa emérito, Benedicto XVI, dio comienzo el pasado dos de enero. A la Basílica de San Pedro ya se han acercado más de 130.000 fieles para dar el último adiós a este Papa que estuvo al mando de la Iglesia Católica durante ocho años, desde 2005 a 2013.
Benedicto XVI, aunque su nombre de nacimiento es Joseph Aloisius Ratzinger, falleció el pasado 31 de enero de 2022 a los 95 años. Tras la notificación de su muerte la maquinaria del Vaticano se puso en marcha para tener listos todos los preparativos listos para su funeral. La capilla ardiente se encuentra desbordada, hasta la fecha han acudido más de 100.000 personas, superando todas las expectativas previstas. Por lo que se ha decidido ampliar el horario de visita. Esta capilla, estará abierta hasta el próximo miércoles para todos los fieles que quieran acudir a honrar a Benedicto XVI.
De ahí, sus restos serán trasladados a la basílica de San Pedro, dónde el próximo jueves 5 de enero se celebrará una misa por su eterno descanso. Esta será llevada a cabo por el actual Papa Francisco, según ha informado el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni. Será la primera vez que un Papa oficie la ceremonia de otro Papa, poniendo fin además a la era de convivencia de dos Papas. Finalmente, su cuerpo descansará en las grutas vaticanas, en la antigua tumba que ocupó su predecesor, Juan Pablo II, antes de ser beatificado y trasladado a la capilla de San Sebastián (Basílica de San Pedro).
Algunos líderes políticos también acudirán en representación de sus países a dar el último adiós al Papa emérito. Siete ya han confirmado su asistencia, entre los que se encuentra España. En nuestra representación, acudirán el próximo jueves a la misa oficial la Reina emérita, Doña Sofía, y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños.
Giorgia Meloni, la primera ministra italiana, también ha sido una de las jefes de Estado que ha confirmado su asistencia al evento, al igual que el presidente de la República de Italia, Sergio Mattarella. De momento, este martes, en la capilla ardiente de Benedicto XVI se ha visto al Cardenal Español Antonio Cañizares, Arzobispo emérito de Valencia y amigo personal de Josep Ratzinguer y a Viktor Orbán, el primer ministro de Hungría.
El funeral del papa emérito Benedicto XVI, que se celebrará el próximo jueves en la Plaza de San Pedro del Vaticano, seguirá el mismo rito que el de un pontífice reinante --como el de san Juan Pablo II, que se realizó según el rito 'Ordo exequiarum Romani Pontificis', tal como lo establecía la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis (1996)--, aunque con algunos cambios.
"A grandes rasgos, el rito respeta lo que se sigue en un funeral de un Sumo Pontífice", ha señalado el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, este martes, en declaraciones a los periodistas para dar a conocer los pormenores del libreto de la celebración de las exequias del Papa emérito, difundido por la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas Pontificias. Así, ha precisado que "la base es la misma" aunque ha añadido que "hay algunos elementos que dan originalidad al rito" y "otros elementos que faltan referidos a los más específicos de un Papa reinante".
En el funeral de Benedicto XVI se prescindirá de las oraciones de las "súplicas finales, las de la Iglesia de Roma y las Iglesias orientales, que son muy específicas del Papa activo". De hecho, en la preparación del libreto para el funeral ha desempeñado un papel fundamental el maestro de ceremonias del Papa, Diego Ravelli.
Cuando este miércoles a las 19:00 horas cierren las puertas de la basílica de San Pedro, donde está expuesto el cuerpo de Benedicto XVI, comenzarán a preparar el cuerpo para el sepelio. Sus restos serán colocados en un ataúd que antes del entierro será introducido en otros dos féretros, que se contienen el uno al otro, siguiendo el mismo rito que con un papa en activo. Además, en el ataúd se introducirán algunas monedas acuñadas durante su Pontificado, la mitra vaticana y el 'rogito', un documento escrito en latín sobre la vida del difunto Papa que será leído durante la ceremonia y que se colocará dentro de un tubo de plomo.
Según han señalado medios italianos, antes de cerrarlo, su rostro será cubierto con un velo de seda blanca, tal y como se hizo en el funeral de san Juan Pablo II en 2005. En aquella ocasión el funeral duró tres horas y fue presidido por el entonces Decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Joseph Ratzinger.
El funeral de Benedicto XVI, presidido por el Papa Francisco, tendrá lugar el jueves a las 9:30 horas en la Plaza de San Pedro y se espera la asistencia de cerca de 65.000 personas, según los últimos datos de la prefectura de Roma. La ceremonia será "solemne, pero sobria", tal y como ha confirmado el Vaticano en respeto de la voluntad del difunto Papa emérito y solo asistirán de forma oficial las delegaciones de gobierno y presidencia de Italia y Alemania.
El cardenal y exsecretario de Estado del Vaticano Tarcisio Bertone ha revelado que intentó disuadir a Benedicto XVI de renunciar al pontificado y retrasar su decisión, cuando le confió su intención de dimitir en la primavera de 2012. Finalmente, anunció su renuncia el 11 de febrero de 2013. "Sólo una vez experimenté dolorosamente un desacuerdo, cuando en la primavera de 2012 me confió su decisión, madurada durante largo tiempo en la oración, de renunciar al papado. En vano intenté disuadirle", señala Bertone en un escrito publicado en el portal oficial del Vaticano 'Vatican News'. Según confiesa, tras conocer la decisión del entonces pontífice, vivió un tiempo "lleno de preocupación y angustia" e intentó que "retrasara lo más posible el anuncio".