Las puertas de la Basílica de San Pedro se han abierto esta mañana para dar el último adiós a Benedicto XVI. La gente hace hasta tres horas de cola para despedir al papa emérito. Se espera que por allí pasen 35.000 personas antes del entierro el jueves. El funeral será oficiado por otro papa, Francisco.
Será la primera vez que un papa oficie el funeral del otro papa. Porque cuando murió Juan Pablo II, Benedicto XVI no sabía que sería papa.
Hasta 35.000 pasarán al día por la capilla ardiente de Benedicto XVI. De hecho, cientos de personas esperaban ya desde la noche haciendo cola y esta mañana la cola dura unas tres horas.
Las puertas de la Basílica se han abierto pasadas las nueve de la mañana. Una de las primeras personas en acercarse ha sido la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. El arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, asistirá el jueves al funeral del papa emérito Benedicto XVI, según fuentes del Arzobispado de Barcelona
El cuerpo del papa está expuesto en la Basílica de San Pedro hasta los funerales del jueves día 5 de enero. Allí será honrado por los fieles que quieran pasar a darle un último adiós hasta el miércoles por la tarde.
Los restos mortales de Benedicto XVI han sido trasladados a las 7:00 horas hasta la basílica de San Pedro con un rito privado oficiado por el cardenal Mauro Gambetti, vicario de su Santidad y, por tanto, sin cámaras ni periodistas presentes, desde la capilla privada del monasterio Mater Ecclesiae donde falleció el pasado sábado. En el breve rito de despedida, antes de preparar la instalación para la veneración pública, que ha durado 40 minutos, no estaba presente el Papa Francisco.
El difunto Benedicto XVI descansa sobre un catafalco, cubierto por una tela de terciopelo rojo y sostenido por dos almohadillas, con una casulla roja, y lleva en la cabeza una mitra blanca adornada. Además ,en sus manos entrelaza un rosario en sus manos.
A diferencia de sus predecesores, no lleva el palio papal, la cinta de lana con cruces que se pone sobre los hombros y que simboliza la potestad de gobierno en una determinada jurisdicción. De hecho, será enterrado sin vestir el palio, que se colocará en el ataúd como se hace para los obispos eméritos, según han informado los medios italianos.
El cuerpo de Benedicto XVI está situado justo delante del monumental baldaquino, obra del italiano Gian Lorenzo Bernini, situado en la zona central de la basílica de San Pedro. Está flanqueado por dos guardias suizos y rodeado por unas vallas de protección que lo separan de las personas que han querido venerarlo en estos momentos.
En las inmediaciones está su secretario, Monseñor Georg Gänswein, que ha consolado a algunos de los asistentes, sobre todo, grupos de religiosos y de fieles procedentes tanto de Roma como de otros lugares del mundo.
El papa emérito ha fallecido a los 95 años de edad este sábado 31 de diciembre a las 9.34 horas, tal y como confirmaba a los periodistas acreditados el director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni
Las condiciones de salud del papa emérito se agravaron el pasado miércoles tal y como anunció en la audiencia general Francisco dio cuenta de que estaba "muy enfermo".
"Querría pediros a todos vosotros una oración especial para el papa emérito Benedicto XVI, que en silencio está sosteniendo la Iglesia: recordadlo, está muy enfermo, pedimos al Señor que lo consuele y lo sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia hasta el final", señaló el Pontífice.
El fallecido papa emérito quería una ceremonia de despedida solemne pero sobria. Y casi todo es tan inédito como su histórica renuncia. Porque es la primera vez en siete siglos que a la muerte de un papa no le sigue un cónclave ó que otro papa vaya oficiar el funeral. Esta mañana, en plano corto, unas monjas, pero también muchos fieles sacaban fotos del fallecido. Al detalle, casulla roja y mitra de pontífice, pero sin cruz pastoral, palio papal ni zapatos color burdeos. Se ven españoles en las colas de despedida a Benedicto XVI.
Fieles que destacan las luces del pontífice alemán pero también las sombras. En su testamento espiritual, Ratzinger pide perdón a quienes haya podido perjudicar y a los fieles les pide, mantenerse firmes en la fe. Por delante, tres días de despedida hasta el jueves, cuando se celebre su funeral.
Se espera que más de 100.000 personas acudan a dar su último adiós a Benedicto XVI durante los tres días que permanecerá abierta la capilla -unas 35.000 al día-, mientras que hasta unos 60.000 estarán presentes en su funeral, que presidirá el papa Francisco el próximo jueves también en la plaza de San Pedro del Vaticano, según las estimaciones de la Prefectura de Roma.