Finaliza el año con un panorama pándemico peor del que se esperaba. La grave situación que atraviesa China ha llevado al Gobierno de Sánchez a anunciar este viernes que exigirá una PCR negativa o pauta completa de vacunación a los pasajeros procedentes del país asiático. "La decision adoptada es la correcta", celebra Daniel López Acuña, epidemiólogo y ex director de Acción Sanitaria en situaciones de crisis de la OMS. "Me alegra ver que ha prevalecido la sensatez epidemiológica a pesar de las tibias recomendaciones del jueves de la Unión Europea".
Se refiere a la decisión adoptada por las autoridades sanitarias europeas de no instaurar nuevas restricciones a los viajeros y optar por una "vigilancia activa". "Es suicida para la Unión Europea no poner diques preventivos", lamenta López Acuña. "La vacunacion no basta para frenar el efecto cascada de la situación en China. Hay que combatir la autocomplacencia europea de pensar que la sola vacunación basta para que sus poblaciones estén protegidas", recalca. "Ojalá se entienda en algún momento que la libre circulación del virus no es admisible".
Las medidas anunciadas por Darias "aún siendo correctas", no son suficientes para algunos expertos. "Yo hubiera ido un poco más allá", defiende Joan Carles March. El doctor especialista en Salud Pública. "Habría que exigir una PCR realizada en las últimas 48 horas para entrar a España y si no se tiene hacerla en el mismo aeropuerto, no vale solo con la cartilla vacunal", indica, "porque tal y como está la vacunación en China, con un nivel bajo, y con una efectividad que no es la de Pfizer y Moderna, sería lo más recomendable", explica.
Este mismo argumento es el que defiende la Comunidad de Madrid, que ha tachado de "insuficientes" las medidas de Sanidad decretadas por el Gobierno para controlar la llegada de pasajeros de China. "Entendemos que lo anunciado es un paso, pero nosotros creemos que es insuficiente. Hay que pedir a todos los viajeros una PCR negativa, independientemente del certificado de vacunación, insistía en rueda de prensa Enrique Ruiz Escudero, el consejero de Sanidad madrileño.
Antes que España, otros países han recuperado los controles sanitarios en los aeropuertos. EEUU, Japón, Corea del Sur, Malasia, India, o en Europa, Italia -donde el 26 de diciembre llegó un vuelo con la mitad de los pasajeros infectados de covid- también lo han hecho. "Esto es usar oportunamente el freno de emergencia y no esperar a hacerlo cuando resulte demasiado tarde", asegura López Acuña. "España e Italia han reaccionado porque quieren evitar que suceda lo que pasó en febrero o marzo de 2020, que fueron los países de mayor entrada del virus", apostilla March, "pero solos no lo van a conseguir, porque ¿cómo controlas los viajes entre países si no? La gente puede volar a Alemania, por ejemplo, y de ahí a España, ese vuelto ya no vendrá de China y no se harán los controles pertinentes. Por eso son claves unas medidas comunes en toda la Unión Europea. Deberían rectificar", esgrime March.
Saber que China reabre sus fronteras desde el 8 de enero y elimina la cuarentena para los viajeros que entren al país ha vuelto a meter el miedo en el cuerpo a muchos, o al menos, ha extendido cierta preocupación o inquietud. Sobre todo porque la apertura llega cuando el gigante asiático está a punto de celebrar el Año Nuevo chino, con la movilidad que eso supone, no solo a nivel local, también internacional, con miles de desplazamientos en todo el mundo. Imposible que esta situación no recuerde al inicio de la pandemia y a cómo se extendió entonces por todo el planeta.
"Lo malo es que nos falta información sobre lo que está pasando en China", denuncia March. "No puede ser que no sepamos ni el número de casos, ni el número de muertes, ni cómo se contagian, ni el nivel de saturación de hospitales... Son datos fundamentales que debíamos conocer para poder tomar las mejores decisiones", espeta el experto. "La opacidad del régimen chino complica una respuesta adecuada".
Nada tienen que ver los datos oficiales chinos con los de las agencias internacionales, pero a pesar de la disparidad de cifras, los expertos consultados por NIUS no tienen dudas de que el gigante asiático está sufriendo una crisis sanitaria sin precedentes. "Todo hace pensar que, dado que no tenían inmunidad natural por no haber tenido casos y la cobertura vacunal es limitada y con vacunas menos eficaces que las aplicadas en la UE, tienen que estar experimentando una gran onda epidémica como la primera observada en España en marzo 2020: con muchísimos casos y muertes", asegura Joan Caylà, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).
Con la mayor población del planeta, más de 1.400 millones de habitantes, China se perfila como una auténtica amenaza a nivel epidemiológico. "Si damos oportunidades al virus replicándose en millones de personas la probabilidad de nuevas variantes se incrementa", reconoce Caylá. Con consecuencias como las de "una mayor transmisibilidad, escape a las defensas inmunitarias obtenidas por infecciones previas o vacunación, o gravedad de la propia infección", coinciden los epidemiólogos. "La pandemia continúa, y que China tenga grandes ondas epidémicas supone una gran complicación para el control de la pandemia a escala mundial", advierte Caylá.
"La probabilidad de nuevas variantes constituye un peligro para los precarios equilibrios mundiales de gestión de la pandemia, especialmente en los países más pobres donde solo el 25% de la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna", recuerda López Acuña. "En materia de pandemia, ningún país es una isla", recalca.
Este jueves se conocía que más de seis millones de personas darán la bienvenida al año 2023 el sábado por la noche en locales de ocio de toda España. "Esta celebración masiva en discotecas, salas o pubs, muchos de ellos mal ventilados, se traducirá inevitablemente en un incremento en la incidencia de covid y elevará la presión asistencial", adelanta López Acuña.
"Recordemos que en España hay todavía 6 millones de mayores de 60 años que no han recibido la cuarta dosis de refuerzo con vacuna bivalente y están desprotegidas, y que hay todavía 15 millones de personas, la mayoría menores de 60 años, que aún no tienen la tercera dosis y no cuentan con la protección vacunal de la vacuna bivalente que protege también contra ómicron", explica Acuña.
"Habría que mejorar la estrategia de comunicación", apostilla Caylá, recordarle a la gente que si es posible las celebraciones se realicen al aire libre, que habría que mejorar las coberturas vacunales, evitar hacinamientos, recuperar las mascarillas en determinadas situaciones...", detalla. "Sobre todo deberíamos ir con cuidado con las personas vulnerables", agrega March. "Con lo que está sucediendo en China, con el incremento, aunque ligero, de casos de covid que se vive en España, hay que ir con pies de plomo cuando nos juntemos con personas mayores de 70 años, con enfermedades crónicas, inmunodeprimidas o trasplantados", dice el médico especialista en Salud Pública.
En las circunstancias actuales, crisis epidemiológica en China, fiestas navideñas sin restricciones y vuelta al cole el 9 de enero, la pregunta que nos hacemos es si todo esto podría acabar en una ola de coronavirus en España.
Los expertos consultados por NIUS no tienen dudas, aunque llaman a la prudencia. "Claro que es probable una nueva ola", apunta López Acuña, "no creo que sea de una magnitud muy elevada, como otras anteriores, pero si surge una variante que escape a la eficacia vacunal sí que podríamos tener una ola más severa", advierte el exdirectivo de la Organización Mundial de la Salud.
"Será más suave, es cierto", apostilla Joan Caylà, "pero aún así puede saturar el sistema sanitario con un elevado número de casos y una mortalidad no despreciable", confirma el epidemiólogo de la SEEN.
"Es muy difícil aventurar lo que va a pasar", sugiere el experto en salud pública Joan Carles March. "Pero la situación actual no es optimista, desde luego. El hecho de que el 60% de la población china pueda contagiase en los próximos meses es sencillamente una bomba de relojería que nos puede estallar en la cara", concluye.