El Gobierno ha eliminado la bonificación generalizada al combustible para el año 2023 y ha decidido mantenerla solo para el colectivo de profesionales, que incluye a transportistas, agricultores, navieras y pescadores, pero que ha dejado fuera al sector de las autoescuelas. Tras el anuncio las gasolineras ya han comenzado a registrar colas de ciudadanos que aprovechan los últimos días de bonificación para repostar.
Esta decisión del Ejecutivo ha sembrado la polémica también entre los trabajadores autónomos, que tampoco contarán con la bonificación general de los carburantes, y entre determinados colectivos que utilizan el vehículo como instrumento de trabajo y van a quedar fuera de la bonificación al suprimir su carácter universal.
La Asociación Nacional de Autoescuelas (ANAES) ha lamentado en un comunicado que las autoescuelas no sean uno de los colectivos profesionales que podrán seguir beneficiándose en 2023 de la bonificación de 20 céntimos al combustible.
La decisión, anunciada ayer por el Ejecutivo, ha supuesto un "jarro de agua fría" para las autoescuelas, que confiaban en ser incluidas como uno de los sectores vulnerables y poder así conservar la ayuda estatal.
El presidente de la entidad, Álvaro Llamas, ha sentenciado que la resolución del Gobierno "ni se entiende ni se comparte dentro del sector de las escuelas particulares de conducción".
Llamas ha avisado de que esta decisión pondría en riesgo "el trabajo de casi 40.000 familias" y ha señalado que seguirán insistiendo por conseguir estas ayudas que consideran "fundamentales para la supervivencia de este sector".
La bonificación aprobada por el Gobierno de 20 céntimos por litro de combustible para los transportistas durante el primer trimestre del año, que pasará a ser de 10 céntimos en el segundo trimestre, tendrá un coste de 107 millones de euros para las arcas del Estado durante el primer semestre del año.
Así lo recoge el decreto ley publicado este miércoles en el Boletín Oficial del Estado (BOE), que cifra en 2.700 euros la ayuda máxima por camión de más de 7,5 toneladas y gasóleo, de 1.500 euros por autobús, 450 euros por ambulancia y de 300 euros para los taxis.
El precio de los combustibles ha ido descendiendo en los últimos meses y ya se sitúa el diésel en torno a los 1,6 euros y la gasolina alrededor de los 1,5 euros, frente a los máximos de 2,1 euros y 2,15 euros, respectivamente, que han llegado a tocar este año.