Por qué este año encadenamos un catarro con otro: "Hay un déficit de inmunidad y nos sobreinfectamos"
“Hemos estado dos años sin contacto con diferentes virus y bacterias y eso nos ha provocado una fragilidad mayor y una sensibilidad también mayor”, apunta Lorenzo Armenteros
"Al dejar la mascarilla, se han vuelto a tener las incidencias que había antes de la pandemia", apunta Julio Heras
La duración media de un resfriado es de una semana y no más de 10 días. Si estamos acatarrados más de 10 días, es que hemos pillado otro virus
Seguro que conoce un caso cercano. Alguien que ha pasado un catarro y que, después de siete días con dolor de garganta, mocos y tos, cuando ya cree que está saliendo del túnel, agarra otro resfriado y vuelta a empezar. Cuando no es un hijo, es un marido o un padre el que está malo. Da la sensación de que este año los virus respiratorios no nos dan tregua.
José Luis es uno de esos a los que le está costando soltarlo. “A primeros de octubre comencé con dolor de garganta y me hice una prueba de covid, que salió negativa. Al poco tiempo, comencé con tos. No tuve fiebre, pero así estuve unos 15 días medio malo. Cuando pensé que me había curado, empecé otra vez con los mismos síntomas. Terminé yendo al médico, que me recetó ibuprofeno y un jarabe”, asegura.
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También Laura lleva días así, sin llegar a recuperarse. “Estoy con mocos desde hace más de tres semanas y no hay manera; días que me duele la garganta; otros, la cabeza, o que tengo malestar… no termino nunca de estar bien”, reconoce.
¿Pasa todos los años o es algo que está sucediendo solo en este? ¿Es normal esto de estar moqueando y con la garganta irritada cada dos por tres? ¿Es el mismo virus que no se acaba de ir o es cada vez uno diferente?
Déficit inmunitario
Lo cierto es que estos catarros eternos se explican en parte por el déficit inmunitario que sufre la población en general tras la pandemia. “Hemos estado dos años sin contacto con diferentes virus y bacterias y eso nos ha provocado una fragilidad mayor y una sensibilidad también mayor”, apunta Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
Pero no solo eso. Los propios virus tienen un efecto de descenso por efecto mecánico. “Lo que hacen los virus es inflamar la orofaringe y esa inflamación hace que las células que están en esa zona, que nos protegen de los virus, se separen, se inflamen y permitan penetrar otros virus u otras bacterias, es decir, que se produzca una sobreinfección”, explica Armenteros.
La propia lucha inmunitaria por parte de nuestras defensas, los glóbulos blancos y las citoquinas, también se reducen localmente por lo que aumentan las posibilidades de que puedan penetrar virus y bacterias con más facilidad.
Covid, gripe, virus sincital y estreptococo
Ahora mismo los virus que están más activos son la covid, la gripe (sobre todo la gripe A) y el virus respiratorio sincitial así como todos aquellos adenovirus o coronavirus que provocan infecciones respiratorias y resfriados comunes. A todos ellos hay que sumarle además el estreptococo del grupo A, una bacteria común que, en principio, no presenta complicaciones graves para la salud, pero que, sin embargo, los médicos están notando una mayor incidencia de casos y de gravedad.
“Estamos viendo que se están incrementando muchísimo las consultas respiratorias, de infecciones agudas de por sí, pero también, en un porcentaje alto, de pacientes que tienen la sensación de que están encadenando un catarro con otro”, reconoce Armenteros. “En algunos se ve claramente que han estado con un proceso vírico por las características clínicas y que, depués, han tenido una sobreinfección respiratoria. Generalmente, son niños con faringoamigdalitis y adultos con sinusitis secundarias a una infección vírica”, señala.
Consecuencias de quitarnos las mascarillas
Abandonar casi por completo la mascarilla también ha traído consecuencias. "Este año estamos viendo más infecciones que los años pasados porque con la mascarilla nos protegiamos de todos los virus", señala Julio Heras, vocal de la junta de Asociación Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) de Madrid. "Al dejar la mascarilla, se han vuelto a tener las incidencias que había antes de la pandemia. Y algunos pacientes tienen cuadros más agudos y de más duración que otros años", asegura.
Ahora mismo es imposible contabilizar los casos que hay de cada virus por la política llevada a cabo por las administraciones sanitarias que señala que se engloben todos los casos como infecciones respiratorias agudas o agudas graves, es decir, aquellos que deben acudir a un hospital.
Aunque no esté contabilizado, parece evidente que este año está habiendo mucha más gripe, sobre todo de gripe A, que otros años debido a que se ha adelantado. Si su pico máximo suele situarse entre finales de noviembre y finales de febrero o marzo, esta vez han llegado a darse casos de gripe incluso en verano.
“La frecuencia en las consultas es altísima y se nota muchísimo. Y eso que ahora ha descendido el pico, que fue a últimos de noviembre. En las guardias de primaria, el 90% son consultas de respiratorios: dolor de garganta, faringitis, mocos, tos…”, señala Armenteros.
Aunque el covid sigue siendo la enfermedad que a la mayoría todavía más asusta, pero lo cierto es que, ahora mismo con la patología que presenta en la población sana y vacunada con tres dosis, está siendo peor la gripe. “Mucha gente no se vacuna de la gripe. Solo se recomienda para determinados grupos de la población. Aunque este año, como hay vacunas suficientes, se recomienda que se vacune todo el mundo”, asegura Armenteros.
La duración media de un resfriado es de una semana y de no más de 10 días. Si estamos acatarrados más de 10 días, es que hemos pillado otro virus, aseguran los médicos. Al estar sin mascarilla, cualquier virus que se transmita por aerosoles, como son todos los respiratorios, pueden dar lugar a otra infección. Las enfermedades no son ahora más largas, sino que la inmunidad reducida, el efecto local que pueda tener un virus y la relajación de las medidas hacen que nos sobreinfectemos con más facilidad.