Quintanar del Rey (Cuenca) sigue consternado después de que el pasado jueves una mujer acabase con la vida de sus dos hijas. Iris y Lara, de 9 y 11 años respectivamente, vivían junto a su madre, Paola, en el cuartel de la Guardia Civil. Fue allí, donde su madre les disparó a bocajarro para después acabar suicidándose.
El duro crimen, ha dejado a la localidad conquense con tres días de luto. Los cuerpos de las dos pequeñas, se encuentran ya en el tanatorio de Quintar del Rey para que sus familiares y amigos puedan darle un último adiós. Allí permanecerán hasta que el próximo sábado se celebre el funeral. En el colegio, en el que ambas estudiaban, hoy también han querido recordar a las pequeñas con un pequeño homenaje en el que se ha guardado un minuto de silencio y se han lanzado decenas de globos al aire en memoria de las pequeñas asesinadas por su madre.
El parricidio, con tintes de violencia vicaria, se produjo en el Pabellón Oficial del cuartel de la Guardia Civil de Quintanar del Rey, donde la mujer, natural de Algeciras (Cádiz), vivía junta a las dos menores. Allí, la agente se valió de su arma reglamentaria para disparar desde muy poca distancia a las dos pequeñas. Paola estaba separada del padre de la niñas, Santi, y los abuelos paternos cuidaban mucho de las pequeñas mientas ambos trabajaban. Pero aún así, Santi conseguía sacar todo el tiempo posible para poder ver a las pequeñas, las llevaba al colegio y siempre se acercaba a verlas cuando terminaba de trabajar, han aseguro sus familiares.
Desde su separación, hace dos años, Santi siempre trató de llevarse bien con su expareja "por sus hijas", según afirman familiares. Así como que nunca intentó arrebatarle la custodia. Del mismo modo, también han afirmado que la mujer se hacía valer de su condición de Guardia Civil para amenazar al padre de las pequeñas, "nadie la quería en el pueblo porque era mala, era muy mala", afirmaba entre sollozos la tía del padre de las niñas.
Una vez se cierre la investigación y el equipo forense termine con la autopsia de la madre, su cuerpo será trasladado a Algeciras, su tierra de nacimiento y donde sus compañeros han asegurado que quería regresar, aunque en ningún momento llegó a pedir el traslado.
Así mismo, también han afirmado que Paola no se encontraba bien, aunque no costa que existan antecedentes psicológicos. La agente fue militar durante seis años y luego guardia civil. Desde hace cuatro estaba destinada en Quintanar del Rey.